Elliott Abrams, una de las figuras clave en el primer intento del gobierno de Donald Trump por sacar a Nicolás Maduro del poder entre 2019 y 2021, conversó en exclusiva con BBC Mundo sobre la renovada y más agresiva campaña de presión de Estados Unidos contra el gobierno chavista, asegurando que el despliegue militar actual es una «operación psicológica» y que Trump no busca una invasión.
Abrams, quien fuera enviado especial de EEUU a Venezuela tras el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino, compartió su análisis sobre la estrategia actual de Washington y hasta dónde podría escalar.
Mayor presión y la figura de Edmundo González
El diplomático, con experiencia en administraciones de Ronald Reagan, George H. W. Bush y Trump, se mostró más optimista sobre las posibilidades de éxito de la nueva estrategia.
- Factor Edmundo González: Abrams destacó la importancia de que ahora exista un presidente electo, Edmundo González, quien «ganó por un margen significativo», lo que no existía con el mismo peso durante la época de Guaidó.
- Mayor demostración de fuerza: A diferencia de 2019, la actual campaña incluye «un gran poderío militar», con un despliegue cerca de Venezuela, algo que Abrams interpreta como una presión adicional.
«Esa flotilla en el Caribe no es lo suficientemente grande como para invadir Venezuela, y no creo que Trump tenga ninguna intención de hacer eso, pero es mucho más grande de lo que se necesita para dispararle a pequeñas lanchas rápidas fuera del agua».
La «operación psicológica» y posibles ataques internos
Abrams considera que el objetivo principal del despliegue militar y los rumores de acciones encubiertas de la CIA es la desmoralización de la cúpula chavista.
- Objetivo: Decirle a los militares y civiles alrededor de Maduro: «Él tiene que irse, pero ustedes no tienen que irse; hagan algo, sálvense».
- Siguiente paso: El exenviado cree que el siguiente paso «será probablemente algún ataque dentro de Venezuela«, aunque no sería con fines de invasión.
- Objetivos lógicos: Sugirió que estos ataques se centrarían en objetivos antinarcóticos declarados por Trump, como:
- Pistas de aterrizaje y puertos usados por el narcotráfico.
- Laboratorios de fabricación de drogas.
- Bases que conectan redes de narcotráfico, tal vez del ELN.
Abrams explicó que la expectativa de Washington es que, a medida que aumenta la presión, los militares y otros actores del régimen se cuestionen por qué deben sufrir por Nicolás Maduro, lo que podría llevar a un levantamiento o a un proceso que fuerce su salida.
Un cambio de postura radical
El exenviado también abordó el reciente y abrupto giro en la política de Trump, que pasó de un aparente acercamiento con la visita del enviado Richard Grenell a Maduro, a la actual postura hostil.
- Lucha interna: Atribuyó este cambio a una «lucha dentro del gobierno» entre la «facción de Florida» (liderada por Marco Rubio y otros) y la «facción de Grenell», siendo el grupo más duro el que ahora está al mando.
«Ahora está claro. A Grenell le han dicho que se mantenga al margen. Rubio y el grupo de Florida están al cargo, y es difícil para el presidente Trump cambiar de opinión ahora».
Legalidad y riesgos de escalada
Respecto a la legalidad de los ataques, Abrams señaló que es un «asunto muy polémico», e instó a que el presidente muestre más evidencias que vinculen a los objetivos con el narcotráfico para justificar el uso de la fuerza militar.
Sobre un posible riesgo de escalada por parte de Maduro, Abrams fue tajante: «No lo creo«.
«Sabe que sería el final de su régimen porque le estaría dando una excusa a Estados Unidos y tal vez a otros países para acudir a defender a Guyana y derrocarlo. ¿Qué va a hacer Maduro si hay un ataque de Estados Unidos? Realmente, no tiene ninguna capacidad para escalar».
Finalmente, si la estrategia no funciona, Abrams reconoció que Trump enfrentaría otra «decisión grave»: un ataque directo a los líderes, similar a lo que se hizo con el comandante iraní Qasem Soleimani en 2020, una opción que, aunque grave, «es ciertamente una opción».
Entrevista exclusiva fue realizada por BBC Mundo






