El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, anunció este lunes que fue designado director interino de la Agencia para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), hasta ahora una agencia independiente.
Rubio aseguró que el nivel de «insubordinación» que hay en la entidad «hace imposible efectuar una especie de revisión seria».
El anuncio lo realizó durante un viaje oficial a El Salvador, donde denunció que la USAID padece un problema endémico de negarse a alinear sus proyectos con los intereses de la política exterior estadounidense.
«Cada dólar que gastamos, cada programa que financiamos debe estar alineado con el interés nacional de Estados Unidos, y USAID tiene un historial de ignorar eso y decidir que, de alguna manera, son una organización benéfica global separada del interés nacional», afirmó.
«Pero si vas de misión en misión y de embajada en embajada alrededor del mundo, a menudo encontrarás que, en muchos casos, USAID está involucrada en programas que van en contra de lo que estamos tratando de hacer en nuestra estrategia nacional», añadió. Asimismo, Rubio se mostró «muy preocupado» por las informaciones de que los empleados de la agencia se están «negando a cooperar» con personas vinculadas al nuevo Gobierno de Donald Trump.
«La vamos a cerrar”
Rubio hizo este anuncio horas después de que el magnate Elon Musk asegurase que el presidente Donald Trump había aceptado desmantelar la agencia, cuya página web y cuentas en redes sociales quedaron desactivadas este fin de semana. «La vamos a cerrar», aseguró este lunes de madrugada Musk, que dijo que Trump estaba de acuerdo con esa decisión.
Este lunes, los trabajadores de la USAID en Washington recibieron la orden de quedarse en casa y las oficinas de la agencia en la capital estadounidense amanecieron precintadas. En cambio Rubio, que apoyó la ayuda exterior como senador, aseguró que «las funciones de la USAID van a seguir», aunque no se posicionó sobre el futuro de la agencia, que de momento queda bajo el paraguas del Departamento de Estado.
Como parte de una de sus primeras decisiones tras regresar a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump congeló las ayudas de Washington a otros países por tres meses mientras se comprueba si ese gasto responde a los intereses estadounidenses. La USAID, una entidad independiente creada por una ley del Congreso, tiene un presupuesto de 42.800 millones de dólares destinados a ayuda humanitaria y a asistencia al desarrollo en todo el mundo y cuenta con unos 10.000 empleados.