La Coalición Sindical, Sinatra-UCV y otras organizaciones y dirigentes intentaron conversar con representantes de la sede diplomática pero les contestaron que no había quién los atendiera. Cuando declaraban a los medios de comunicación les cerraron la puerta a sus espaldas
Antes de las 11 de la mañana de este jueves 20 de abril un grupo de trabajadoras y trabajadores caminó bajo la lluvia desde la plaza de La Castellana hasta el Centro Mohedano, a una cuadra de distancia. Carlos Salazar, coordinador de la Coalición Sindical Nacional y Eduardo Sánchez, presidente del Sindicato de Trabajadores de la UCV (Sinatra-UCV), preguntaron al personal de seguridad cómo entregaban una carta dirigida a la Embajada de Brasil. Les respondieron que no había a quién dejársela.
Como lo explicaron posteriormente, querían hacerle seguimiento a la misiva enviada al presidente Lula da Silva por el movimiento Forza Sindical, de Brasil, en la que los brasileños denunciaban la situación de los trabajadores venezolanos. Los funcionarios de seguridad «Nos respondieron que la embajada no está operativa» y no les dieron alternativa.
Lina Mantilla, del Ministerio de Agricultura, contó que les respondieron que no recibirían la correspondencia. Juan Carlos Calderón, de la Universidad Simón Bolívar, lamentó que se criminalice la protesta de los trabajadores.
«Cada vez que vamos a una embajada de los aliados del gobierno resulta que no está funcionando. Qué casualidad que no está funcionando», comentó Salazar, no sin ironía.
Mientras el dirigente declaraba a los medios de comunicación, el personal de seguridad cerró las puertas del Centro Mohedano sin mayores explicaciones.
Forza Sindical abogó, ante las autoridades de Brasil, por la liberación de Emilio Negrín, Gabriel Blanco y otros luchadores sociales, refirió José Marcano, directivo del sindicato de Agricultura y Tierras.
La dirigente sindical Georatsy Urbano confirmó que acudirán a otras embajadas en Caracas, como las de Chile y México. El gobierno de Brasil, además, puede interceder para que haya un aumento de salario que favorezca a los trabajadores venezolanos, indicó Leida Brito, la «abuela del casco rojo».
«Libertad, libertad», gritaron los trabajadores, con la puerta del edificio cerrada a sus espaldas.
Los sindicatos no se amilanaron. Los trabajadores también se presentarán en la Embajada de Chile en Caracas, para ver si son atendidos, anunció Salazar.