El abogado Víctor Joel Salas, a quien un exmilitar estadounidense de origen venezolano intentó matar en 2016 en un ataque en España del que sobrevivió pero que segó la vida de otras tres personas, alertó que su vida corre peligro después de que el agresor fue puesto en libertad en un canje entre Venezuela y EEUU.
Dahud Hanid Ortiz, condenado a 30 años de cárcel por matar a tres personas, se encuentra libre en EEUU tras ser excarcelado en un canje de presos entre este país y Venezuela.
El exmarine estadounidense formó parte de los diez estadounidenses que Caracas liberó a mediados de julio como parte de una negociación que incluyó el retorno a Venezuela de 252 migrantes detenidos en El Salvador desde marzo.
El 22 de junio de 2016, el exmarine viajó desde Alemania, donde vivía, a Madrid llevado por los celos y entró en el despacho de abogados de Víctor Joel Salas para matarlo, al creer que mantenía una relación con su mujer, pero el abogado salvó la vida porque no estaba en ese momento en el bufete.
El exmarine sí mató a las tres personas que encontró en el despacho -dos trabajadoras de nacionalidad cubana y un cliente ecuatoriano-, y huyó, hasta que fue detenido en 2018 en Venezuela, su país de origen, donde fue condenado en 2024 a 30 años de prisión, el máximo previsto en la legislación local.
Tras denunciar la situación públicamente, en su nombre y en el de las familias de los tres asesinados en su despacho, Salas ha remitido una carta a la embajada norteamericana en Madrid en la que aclara que Hanid no es un preso político sino un asesino condenado y dejarlo libre es «contrario al derecho internacional» y un riesgo para la seguridad de Estados Unidos.
Explica que «es imperativo que a través de la embajada de Estados Unidos en España se ponga en contacto con las oficinas correspondientes americanas a fin de aclarar urgentemente las condiciones de su liberación».
Y también para que le informen sobre «cuál fue la resolución debidamente motivada que autorizó la liberación de un asesino convicto en suelo americano».
«Cualquier demora en la respuesta a esta situación podría poner en peligro mi vida y mi seguridad, así como la de las personas en mi entorno cercano y victimas supervivientes de este horrible crimen», añade.
Salas pone de relieve que «antes y después de los asesinatos, Dahud Hanid Ortiz emitió amenazas de muerte directas» contra él y contra otras víctimas. «Estas amenazas no fueron vagas ni esporádicas, sino graves, reiteradas y específicas», afirma.
Ni Víctor Joel Salas ni las familias de los fallecidos han tenido noticias directas, por parte de ninguna institución, de que se iba a producir esa liberación, ni los argumentos de la misma, ni explicaciones posteriores sobre los motivos de su liberación.






