El equipo de asesores del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, se encuentran trabajando en el diseño de una estrategia de sanciones de amplio alcance, para impulsar un acuerdo diplomático que ponga fin a la guerra entre Rusia y Ucrania en los próximos meses así como ejercer presión sobre Irán y Venezuela. Así lo informaron fuentes relacionadas con el tema a Bloomberg.
Según se expone en el artículo, actualmente se están manejando dos enfoques principales por parte del equipo de Trump, que consisten en un conjunto de recomendaciones de políticas, en caso de que la nueva administración considere que la resolución de la guerra en Ucrania está cerca. Esto implicaría implantar medidas de buena fe para beneficiar a los productores de crudo rusos sancionados, lo que podría ayudar a sellar un acuerdo de paz.
Por otro lado, una segunda opción plantea intensificar aún más las sanciones para aumentar la presión, señalaron las fuentes.
Sanciones secundarias
Los principales indicadores de cómo el equipo de Trump abordará las sanciones contra Rusia podrá observarse a mediados de marzo, cuando expire una licencia general que permita reducir gradualmente las compras de productos energéticos rusos.
En caso de que el Departamento del Tesoro permita que caduque la exención para algunas transacciones, podría aumentar la presión sobre el Kremlin.
El miércoles, 15 de enero, las autoridades introdujeron medidas para dificultarle a Trump el levantamiento unilateral de algunas de las sanciones impuestas a Rusia. Redesignaron varias entidades, lo que obliga al presidente a notificar al Congreso si planea levantar las restricciones, lo que podría desencadenar una votación de desaprobación si los miembros se oponen.
Para el equipo del nuevo presidente estadounidense, una combinación de políticas rusas más agresivas podría implicar una mayor aplicación de sanciones secundarias al comercio de petróleo, penalizando a los transportistas europeos, así como a los compradores asiáticos, incluidas las principales entidades de China y la India, dijeron las fuentes. Otro enfoque posible: presionar para lograr intervenciones más firmes contra los buques petroleros que transportan petróleo ruso a través de los vitales puntos de estrangulamiento daneses y turcos.
Un escenario más suave podría significar emitir licencias generales y elevar el límite de precios a más de 60 dólares por barril, medidas que alentarían a que el petróleo ruso siga fluyendo al mercado.
En su audiencia de confirmación el miércoles para el cargo de secretario de Estado, Marco Rubio citó las sanciones como una pieza clave que podría generar una resolución pacífica.
Acciones contra Irán y Venezuela
El equipo de Trump también está evaluando opciones políticas para Irán y Venezuela; entre las cuales se contempla un consenso general entre sus principales asesores para volver a una estrategia de máxima presión contra Teherán, comenzando con un gran paquete de sanciones que afecte a los principales actores de la industria petrolera, que podría entrar en vigor en febrero, dijeron las personas. Durante el primer mandato de Trump, un enfoque similar redujo significativamente las exportaciones de petróleo iraní, aunque han aumentado desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo.
Por otro lado, la situación parece más compleja para Venezuela, donde el gobernante Nicolás Maduro acaba de asumir un nuevo mandato pese a los cuestionamientos de la oposición venezolana y la comunidad internacional sobre su elección, pero las empresas petroleras estadounidenses como Chevron Corp. siguen teniendo presencia en el país.
Maduro ha sobrevivido a la estrategia de máxima presión de la administración Trump, incluso cuando frenó las exportaciones petroleras del país, y también sobrevivió a un esfuerzo de los funcionarios de Biden para facilitar elecciones libres y justas.
Por su parte, un asesor influyente durante el primer mandato de Trump, Mauricio Claver-Carone, volverá a tener un papel destacado en América Latina, y existe el deseo de restaurar la postura más agresiva que ayudó a dirigir alrededor de 2019, cuando Estados Unidos dejó de reconocer a Maduro como el presidente legítimo de Venezuela, dijeron las personas.