Los planteles deben tener autonomía para decidir si suspenden o no las clases presenciales, enfatizó el investigador venezolano radicado en Estados Unidos
La discusión en Venezuela sobre la vacunación contra la COVID-19 en niños debe centrarse, «no en política, no en la nacionalidad de las vacunas, sino en las características científicas de las vacunas», enfatizó este martes el virólogo venezolano José Esparza.
«La escuela presencial es muy importante en Venezuela y en todo el mundo, porque la escuela no es solamente para el conocimiento. La escuela es para socializar, para establecer contactos que más tarde te ayuden a evolucionar como ser humano», explicó en conversación con contrapunto.com.
Pero, reitera, «la vuelta a la escuela debe ser segura» y para ello la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales «ya emitió unas recomendaciones, que son las que sabemos». Esas recomendaciones son: el buen uso de la mascarilla, la ventilación, la separación entre los pupitres, la vacunación de todo el personal de la escuela (maestros, obreros, personal administrativo, todo el mundo) y la vacunación de los niños».
Esparza subrayó que apoyan la vacunación en niños mayores de 12 años con las vacunas que han sido aprobadas por la OMS «y que las tenemos en Venezuela». Estas son «vacunas seguras, que sabemos que no tienen efectos colaterales y que son efectivas; ahí no hay discusión».
La discusión empieza «con la aplicación de vacunas en niños muy pequeños, hasta de dos años de edad, con vacunas de las cuales no conocemos las características, no hemos visto publicaciones científicas, no han sido aprobadas por la OMS y la comunidad científica -como científicos, no como políticos- nos tenemos que oponer a que los niños venezolanos se expongan a un producto de características desconocidas». No solo, aclara, porque se desconoce si esos productos causan efectos adversos, sino porque «pueden no ser efectivos en realidad, y se crea una falsa seguridad».
Por contraste, recordó, en el país «tenemos vacunas de reconocida seguridad y eficacia que se podrían aplicar en niños pequeños. En Chile y Argentina ya se están aplicando las vacunas de sinovac y de sinopharm en niños menores de cinco años; incluso, en niños hasta de tres años de edad. Son vacunas de reconocida calidad».
Otro problema en Venezuela, acotó, es «la opacidad de la información. Uno nunca sabe. Uno se levanta hoy y oyes al presidente diciendo que se va a aplicar tal vacuna en tal grupo de niños, y al otro día la vicepresidenta dice lo contrario». Eso, a su juicio, «no es desorden, es desinformación programada para mantener a la población desinformada. Es muy difícil reaccionar contra este tipo de desinformación, porque si nosotros tuviéramos un plan claro que el gobierno presentara podríamos emitir juicios y recomendaciones, pero cuando estás respondiendo a acciones totalmente inconexas, de un día para otro, es muy difícil».
Los niños venezolanos están volviendo a la escuela, explicó, pero «hemos leído, entre ayer y hoy, sobre todo en el estado Zulia, que varias escuelas las tuvieron que cerrar, porque lo que mucho nos temíamos es que las escuelas se iban a convertir en un foco de ampliación del virus en la comunidad». Esparza manifestó su preocupación porque presuntamente directores de escuelas «no tienen la capacidad, la autoridad, para decidir ‘esta escuela hay que cerrarla’, sino que la autorización tiene que venir de un ente muy superior, muy separado de la realidad de lo que está pasando».
-¿Deberían tener la autonomía los planteles de decidir?
-Absolutamente.