«Hay varios millones de niños y jóvenes que están muriendo por educación de mala calidad, y está muriendo su futuro», alertó el padre Luis Ugalde. Una Alianza por la Educación debe reunir a los docentes, las familias, los gremios, los empresarios, las organizaciones populares, los medios de comunicación, las iglesias, las universidades, subrayó el padre Manuel Aristorena
Lo dijo sin tapujos: la educación en Venezuela está en terapia intensiva. La frase es del padre Luis Ugalde, ex rector de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), y la pronunció el pasado martes 24 de enero, un día después de una protesta nacional por parte de gremios y sindicatos. No es la primera vez que Fe y Alegría propone una alianza por la educación. Pero cada vez que lo hace, el llamado es más contundente.
Ugalde recordó que, con la pandemia, la población entendió que la COVID-19 mata. «En este momento tan terrible para la educación y para los educadores oímos llover y pensamos que pasará el aguacero. No». En este momento, alertó. «Hay varios millones de niños y jóvenes que están muriendo por educación de mala calidad, y está muriendo su futuro».
Casi 80% de los niños al terminar la primaria no tienen capacidades para lectura comprensiva. «Casi un millón de nuestros niños y jóvenes no asisten a la escuela, y de los que asisten, muchos desertan porque le parece aburrida y poco pertinente, y sienten que no les prepara para la vida», enumeró el padre Manuel Aristorena, director general de Fe y Alegría.
El primer punto son los docentes. No necesitamos héroes, necesitamos maestros estables, satisfechos, con una vida digna y bien formados, contrastó. Para hacer énfasis en la importancia de quienes enseñan, sentenció: «Sin maestros no habría otras profesiones, porque toda profesión, en sus orígenes, tiene un maestro». Sin embargo, hay un déficit de docentes, y este es un problema, también, de empresas e industrias. «Si no existen estudiante con competencias, ¿dónde van a buscar las empresas e industrias, que necesitan personal con capacidad para producir?».
Luisa Pernalete, coordinadora de educación para la paz de Fe y Alegría, aseguró que si todavía hay escuelas en Venezuela es porque «tenemos muchísimos maestros que están perseverando, y que combinan su trabajo en el aula con otros trabajos para poder seguir subsidiando su vocación de maestros». O maestros que caminan una hora o más para llegar hasta las escuelas, o que dedican las noches a estudiar después de agotadoras jornadas diarias.
Al educador hay que salvarlo, porque es con los educadores «que vamos a tener las escuelas abiertas», resaltó Noelbis Aguilar, directora del programa Escuela de Fe y Alegría. Son los educadores los que hoy «están subsidiando la educación».
Otro elemento es el estado de las escuelas. En algunos casos los planteles tienen «15 años de retraso, sin equipos actualizados, sin internet en muchísimas de ellas, con poco personal preparado», citó Aristorena.
Una Alianza por la Educación debe reunir a los docentes, las familias, los gremios, los empresarios, las organizaciones populares, los medios de comunicación, las iglesias, las universidades, subrayó el padre Manuel Aristorena. «Toda alianza implica una actitud de dar y recibir», resaltó. Y Fe y Alegría tiene mucho para ofrecer: La red de emisoras, las escuelas, el modo de hacer uso eficiente de los recursos. «Ofrecemos un modelo educativo de educación popular»; también «nuestro modelo de gestión, con el que atendemos cuatro programas con casi 10 mil trabajadores a 130 mil alumnos y participantes, siempre de la mano de la comunidad, a la que consideramos aliada del proceso educativo». Sumaron las propuestas «de formación de personal en pedagogía, en gestión, en formación en valores y en cultivo de lo grandiosa que es nuestra vocación de docentes». Fe y Alegría pone en la mesa, igualmente, sus publicaciones.
Fe y Alegría invita al Ministerio de Educación: «Aquí tienes una mano, aquí tienes unos socios para sentarnos en una misma mesa a buscar alternativas para mejorar las condiciones del país. y en consecuencia, mejorar las condiciones de nuestro proyecto de aprendizaje», subrayó Aguilar. Lo que puede hacer Fe y Alegría «está a disposición del país».
«Sin maestro no hay escuela», reafirmó Pernalete, «pero toda la sociedad debe activarse para lograr salvar la educación». Las metas de una alianza como esta están recogidas en la Constitución, que garantiza la educación, añadió, y hay que construirlas a corto, mediano y largo plazo. Como lo reafirmó el padre Ugalde, ningún actor puede solo.
