Éste domingo se cumplen diez meses desde la detención del dirigente opositor Williams Dávila, sin que hasta la fecha se haya ofrecido información clara sobre su situación legal. Su caso, al igual que el de muchos otros presos políticos, continúa en un limbo judicial, sin avances ni pronunciamientos oficiales por parte del gobierno venezolano.
Dávila, exgobernador de Mérida y exdiputado de la Asamblea Nacional, que permanece hoy día recluido en un centro hospitalario por su delicada condición de salud bajo custodia de el Sebin, fue acusado de incitación al odio, instigación a la rebelión y asociación para delinquir.
A pesar de los esfuerzos de su familia y diversas organizaciones de derechos humanos, no se ha logrado obtener información concreta sobre su proceso judicial.
Su familia ha reiterado que espera que este y otros casos de detenciones arbitrarias hacia líderes políticos y personas inocentes que se oponen al gobierno no queden en el olvido.
“No podemos permitir que estos casos se olviden. Debemos seguir luchando por la justicia y por quienes están pasando por lo mismo”, expresó William Dávila Valeri, hijo del dirigente.