El canciller de la República Bolivariana de Venezuela, Yván Gil, aseveró que las medidas coercitivas unilaterales amenazan la vida y el bienestar de los pueblos
Durante su intervención en Asamblea General de las Naciones Unidas, el diplomático expresó que estas acciones criminales «impiden o interrumpen, entre otras cosas, el acceso a los servicios de atención sanitaria, el acceso y la adquisición de medicamentos, de suministros médicos, de equipos y servicios, así como el desarrollo, la compra y el suministro de vacunas».
Estas trabas que impiden el acceso a medicamentos que salvan vidas, generan graves impedimentos para la gestión y la mitigación de enfermedades. Asimismo, obstaculizan la aplicación de los tratamientos de enfermedades, incluidas, entre otras, las enfermedades raras y las de naturaleza no transmisibles.
Gil recalcó que estas medidas impuestas por países que dicen llamarse defensores de los derechos humanos, «obstaculizan la cooperación internacional y limitan la capacidad de los Estados afectados para acceder y adquirir inversiones y tecnologías extranjeras».
De igual forma, manifestó que estas agresión limita la adquisición por parte de los pueblos de los «bienes y servicios necesarios para abordar, entre otros, los problemas en materia de gestión y acción climática».