Obrero electricista de una empresa básica de Guayana y encarcelado durante más de una década por un crimen que no cometió, Rodney Álvarez sigue a la espera de una respuesta de su patrono y del Ministerio del Trabajo
Seguramente muchas huellas de los 11 años de cárcel guarda en su cuerpo y en su espíritu el obrero Rodney Álvarez. Tantos años preso pese a ser inocente -como lo determinó el tribunal que en 2022 le otorgó libertad plena- le permitieron aprender, entre otras, la virtud de la paciencia. Hoy, Álvarez exige ser devuelto a su puesto de trabajo en la empresa básica Ferrominera del Orinoco, y reclama el pago de salarios caídos por todos los años que estuvo tras las rejas. También solicita la entrega de los juguetes a sus hijos, y otras reivindicaciones.
«Soy trabajador de la empresa CVG Ferrominera del Orinoco y fui víctima de este Estado en el que se violan los derechos laborales, los derechos humanos y no se nos respeta la dignidad como seres humanos», reitera. Hoy «me tratan como su nunca hubiera trabajado en la empresa. Nada, nada, nada». Afirma que no lo han llamado siquiera para buscar una negociación.
Desde junio de 2022 «estoy exigiendo al Estado la reincorporación a mi puesto de trabajo, en Ferrominera, donde trabajaba como electricista», enfatiza Álvarez. Hasta ahora «la empresa no ha respondido, no ha dicho que sí ni ha dicho que no». Cuenta que acudió a consultoría jurídica y a recursos humanos «pero no respondieron». En julio decidió, entonces, recurrir a la Inspectoría del Trabajo en Puerto Ordaz: «Allí me dijeron que iban a revisar y a ver cómo podían arreglar esta situación».
-¿Por qué lo deben reenganchar?
-Porque me sacaron de mi puesto de trabajo para meterme preso, para privarme de libertad por un homicidio que yo no había cometido. Ellos deben resarcirme por los daños ocasionados durante todo este tiempo que me mantuvieron privado de libertad.
-La idea es que lo reincorporen a su misma responsabilidad.
-Correcto. Y no solamente que me reincorporen: que me paguen los salarios caídos que dejé de percibir. Estoy pidiendo que me reincorporen a mi puesto de trabajo y me paguen salarios caídos. Estoy pidiendo a CVG Ferrominera del Orinoco que se responsabilice por lo que ocasionó.
-¿Qué está haciendo mientras tanto? ¿Cómo hace para vivir?
-Como dicen por allí, «matando tigritos» en Bolívar. Viendo cómo nos arreglamos el día a día, porque estamos viviendo del día a día.