En la capital zuliana hay dos pueblos indígenas: el wayuu y el añú, y se encuentran en condiciones precarias, indicó este viernes Pedro Machado, director del Instituto Municipal de Pueblos Indígenas de Maracaibo. En Santa Rosa de Agua hay más de 8 mil personas del pueblo añú, y en el oeste de Maracaibo la mayoría de la población es wayuu, describió el funcionario. «Vinieron a buscar una mejor calidad de vida».
Algunos se han ido a Colombia «con la situación del país».
«Según nuestro diagnóstico hay demasiada pobreza, no hay servicios básicos. Estamos trabajando rescatando los valores culturales que han tenido nuestros pueblos. Han perdido el habla. Nos preocupa ver un niño que no entiende la lengua madre. Estamos trabajando en educación, capacitación y emprendimiento», detalló. «Las madres les dicen a los hijos que no hablen la lengua».
Las principales fallas son de agua, luz y vialidad, dijo en entrevista con Unión Radio. «El gobierno nacional» tiene la mayor responsabilidad. «Hacemos enlaces con las instituciones pero no hacen caso. Una comunidad indígena debe pagar hasta dos dólares por una pipa de agua».
La electricidad «se va cuatro horas, ocho horas», denunció.
El verdín ha afectado la actividad turística en Santa Rosa de Agua, por el mal olor. «Es un sitio turístico que vive del turismo y la pesca» y en este momento «vive de la maraña, de cualquier trabajo que salga».
El instituto está fortaleciendo la enseñanza del wayunaiki, en alianza con la UPEL se está dando formación a docentes para que mantengan la formación. «Ya llevamos la primera formación, certificamos a 50 docentes» desde inicial a sexto grado. Esperan atender a unos 5 mil niños.
También se va a hacer con el pueblo añú, acotó, «en alianza con la gobernación y con la UPEL».
Se está formando para la exportación de artesanía: «Que las mujeres se capaciten para que ellas generen su propio ingreso». Ya se han entregado 410 certificaciones «pero queremos ir a más». Se proponen hacer expoventas en embajadas y consulados.
El 12 de octubre no debe llamarse ni día de la raza ni de la resistencia indígena, porque no somos chow chow, ni de resistencia «porque lo que hay es miseria», argumentó.