Sufrieron al marcharse y ahora, al retornar, vuelven a sumergirse en la tristeza
Duelo cuando se marcharon, duelo cuando regresaron. Tal parece que la vida de los migrantes venezolanos está marcada por la tristeza de dejar su país, y después, por el pesar de abandonar la nación que los acogió.
La psicóloga Adriana Paz Castillo, docente de psicología clínica de la UCV, explica que los retornados «están viviendo una migración nuevamente» y por lo tanto «tienen que reeditar el nuevo país con el cual se están encontrando».
Pueden tener «una gran ilusión por regresar al país» pero no es menos cierto que se encuentran con un espacio diferente y con condiciones que han variado. También influye la forma en que lo recibe la sociedad, señala.
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Paz Castillo participó, el pasado jueves, en una jornada sobre migración organizada por la dirección de extensión de la UCV. En ese contexto, detalló que los migrantes pueden experimentar siete duelos: familia, lengua, cultura, tierra, estatus social, grupo de pertenencia, integridad física. Y, aunque deberían apoyarse en la terapia, es probable que la única «terapia» haya sido hablar con los amigos o ver una serie de televisión.
Al regresar «vas a tener duelos por aquello que has dejado», porque aunque la experiencia haya sido negativa «hay condiciones que no se olvidan, hay conocimientos que vas a integrar».
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Como psicóloga, ha atendido a niños y adolescentes que han retornado porque sus familias así lo hicieron. «Los padres intentan hacer ver que no pasa nada. Cuando vas a la entrevista, te dicen ‘ella no extraña a sus compañeros del colegio’, pero el niño sí extraña. Y en el adolescente el impacto es mayor». Probablemente se produce un choque porque tuvieron aprendizajes que ahora quedaron atrás.
«Tenemos niños que dicen adaptarse perfectamente bajo un contexto de negación y de que ‘todo es agradable’. En otros hay un estado de tristeza, rabia y dificultad para conectarse en el aquí y en el ahora en este espacio. No se hallan allá, ni aquí. Es fuerte». Una persona que comenzó la escolaridad a los cinco años, y regresa a Venezuela a los 11 años, «es más del otro país», indica.
El duelo migratorio tiene elementos diferentes de los otros duelos, aclara Paz Castillo. «Se reedita continuamente, porque dependiendo de las circunstancias, de los recuerdos, vas a tener una reedición del duelo. Es ‘quiero estar aquí pero me gustaría estar allá’. Es bastante complicado».
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Paz Castillo teme que el país no esté preparado para lo que viene, con un retorno de manera masiva y hasta violenta. Se suma la frustración de no haber podido alcanzar un estatus legal. «¿Estamos preparados para eso? No lo sé».