Los trabajadores que dan la cara en el sistema público de salud exigen que se derogue el instructivo de la Onapre y rechazan que el gobierno los llame «mafiosos»
La cola, poco antes del mediodía de este jueves 2 de junio, comenzaba en el punto en el que se cruzan la avenida Urdaneta y la avenida Fuerzas Armadas. «No hay paso hacia Carmelitas», dijo el conductor del por puesto.
A unas seis cuadras de distancia, un piquete de la Guardia Nacional Bolivariana, apostado entre la Vicepresidencia y el Palacio de Miraflores, impedía el paso de la protesta de los trabajadores de la salud. Sin embargo, los manifestantes lograron acercarse a unos 300 metros de la sede del Ejecutivo.
Mauro Zambrano, presidente del Sindicato de Hospitales y Clínicas, detalló las razones de la concentración: el instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto (Onapre) y la presencia en los hospitales de inspectores enviados por el mandatario Nicolás Maduro.
«A los trabajadores nos centralizaron la nómina, y esa centralización nos ha traído muchos problemas: retardo en los pagos, retardo en el pago de los uniformes (que debieron pagar el 30 de mayo y no lo han pagado)», explicó Zambrano.
«Salud está en la calle y no la para nadie», gritaron los manifestantes apostados entre la sede del Banco Central de Venezuela, el Ministerio de Finanzas y el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales.
«Maduro paga ya», demandaron las enfermeras y enfermeros.
«Vamos a seguir en la calle», anunció Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital.