El salario no les permite cubrir ni 10% de la canasta básica. Trabajan con pocos insumos. Pero no se arrepienten de haber estudiado la carrera de José María Vargas
Estudió medicina en la Universidad Francisco de Miranda y hoy es residente de segundo año en la Maternidad Concepción Palacios. «Estamos haciendo el posgrado y no somos pagamos como debería ser», explica esta joven que el día de la mujer marchó en Caracas con otras mujeres. Los días 15 les pagan 160 bolívares y el último de mes les abonan 650 bolívares. ¿De qué viven realmente? «De nuestros papás», responde. Las más de las veces no tienen guantes, no consiguen medicamentos. Sin embargo, no abandonaría la salud pública. «Seguimos porque nos gusta. Para eso estamos, para eso estudiamos. Queremos asegurarles a los pacientes una buena calidad de atención y apoyo».
Tampoco se arrepiente de ser médica. «Lo volvería a estudiar», confirma.
Este 10 de marzo es su aniversario. Es el día del natalicio de José María Vargas, médico y cirujano. Y desde 1955 es el día del médico por decisión de la Federación Médica Venezolana.
Ser médico hoy en Venezuela «es una gran contradicción», admite Jaime Lorenzo, director de Médicos Unidos de Venezuela «Por un lado, orgulloso de la formación recibida en nuestras universidades, orgulloso de tener claro de dónde venimos y por qué elegimos ser médicos». Pero la parte negativa es ver «que las futuras generaciones de estudiantes de medicina que están en esas mismas aulas que nosotros recorrimos se encuentran con deficiencias terribles en su formación por falta de recursos, por esa política de destruir a nuestra Alma Mater».
Recuerda cuando se puso su bata blanca y entró al Hospital Universitario de Caracas, con «un orgullo tremendo y un miedo tremendo», y piensa en los jóvenes que ahora se enfrentan a servicios sin docentes «por el ahorcamiento contra nuestros hospitales y nuestras universidades». Rememora lo que tuvo que hacer para ingresar al Hospital Ricardo Baquero González (Periférico de Catia), su competencia contra más de 300 colegas que optaban por el cargo de residente de cirugía. Hoy «da tristeza ver lo que está ocurriendo en nuestros hospitales» y las generaciones de relevo «no tienen las mismas posibilidades que tuve yo de formarnos».
Sin salario y sin recursos
El salario es uno de los grandes causantes del malestar en el gremio médico: reciben un ingreso de menos de 40 dólares al mes para pagar una canasta básica de mil dólares. Los hospitales son su escuela y, también, su dolor de cabeza. Si alguien necesita una radiografía lo más probable es que no haya equipo, o que esté dañado. El servicio es intermitente en 60% de los centros asistenciales, estimó el doctor Julio Castro durante la presentación de la Encuesta Nacional de Hospitales el pasado 1 de marzo. También deben manejarse casi a ciegas, porque el boletín epidemiológico del Ministerio de Salud no se publica desde 2016.
«No podemos celebrar el día del médico, porque si seguimos las enseñanzas de quienes nos legaron lo que somos, practicamos una medicina que no está acorde con las condiciones de respeto al paciente», explica Lorenzo. «Podemos tener la mejor formación del mundo, que de hecho la tenemos, pero si yo no puedo hacer lo que sé hacer con los recursos necesarios para dar una respuesta de calidad y darle dignidad a los pacientes en su enfermedad y en la muerte, no puedo celebrar».
«El médico fue formado para ayudar y estar al lado de quien no tiene la capacidad de entender lo que le está pasando. Nosotros fuimos formados para entender el proceso de salud y enfermedad, para entender el por qué de cada una de las situaciones y también para entender el cómo tratar las diferentes situaciones», argumenta. Pero las circunstancias actuales no permiten celebrar a los grandes de la medicina venezolana, como Luis Razetti y tantos otros. «Estamos haciendo todo lo contrario de lo que estos hombres sentaron como bases para el manejo de los establecimientos y la atención de los pacientes».
La crisis arropa a los pacientes con cáncer, que ya no cuentan con el aporte del IVSS para los medicamentos de alto costo, y ni siquiera acceden al diagnóstico. Regresan enfermedades que estaban controladas. Ejemplo de ello es que el Ministerio de Salud difundió una alerta por difteria. «Lo que no explica el documento es que tenemos una rémora de niños que no han sido vacunados, porque la cobertura no llega a 95%, que es lo considerado como el estándar ideal para un país que quiera combatir enfermedades prevenibles por vacuna», indica Lorenzo.
El médico subraya que el llamado a jornadas quirúrgicas especiales «evidencia el fracaso del sistema de salud», porque «recuerda que si nuestros hospitales estuvieran funcionando como debe ser, quizá esa lista de espera sería mínima o no existiría».
La FMV sostiene que han migrado más de 40 mil médicos. El gremio solicita un salario de mil o 1.500 dólares al mes para detener esta hemorragia. Hasta ahora, su reclamo sigue sin eco.
