“Pónganse la mano en el corazón, los que están en el gobierno, los hacedores de política pública: ¿Vive usted con 10 dólares mensuales? Esa es la realidad”, subraya el director de Convite
No es fácil ser venezolano en Venezuela. No es fácil tener más de 60 o 70 años y vivir en un país con dificultades todos los días. Luis Francisco Cabezas, director de Convite. aseguró el pasado viernes –durante la presentación del estudio más reciente realizado por la asociación civil- que Venezuela es el peor país del continente para envejecer.
-¿Por qué es malo envejecer en Venezuela?
-Sigue siendo malo envejecer en Venezuela porque las condiciones empeoran. Los medios de vida para tener una vejez digna las personas van perdiendo capacidad de tenerlos: acceso a salud, alimentación y seguridad. Hemos estado observando un incremento de la inseguridad para las personas adultas mayores. Venezuela cuenta con uno de los peores sistemas de seguridad social, habida cuenta de que el gobierno alardea de tener 100% de cobertura, pero la seguridad social es mucho más que una pensión de 16 dólares mensuales. La seguridad social tiene que ver con acceso a salud, acceso a recreación, acceso a lentes y a prótesis, a sillas de ruedas. Ese no es un marcador. Incluso, si llegaras a tener 100% de cobertura de la pensión no es un marcador importante, porque 16 dólares representan 0,5 centavos de dólar para vivir diariamente, cuando el Banco Mundial habla de que se necesita 1,90 dólares diarios para medio bordear la línea de pobreza.
De entrada «eso te confirma que seguimos siendo un país donde envejecer es una condena, donde los adultos mayores están expuestos a múltiples riesgos. A riesgos que se vieron acentuados por la pandemia. Si bien los adultos mayores no fueron los que más se enfermaron, de hecho hay un porcentaje importante de vacunación, si hubo un riesgo por el aumento en la violencia en los hogares. El estar durante la pandemia familias enteras durante seis, ocho horas juntas puso de manifiesto una violencia sobre los adultos mayores, y especialmente sobre las mujeres adultas mayores, que han llevado la peor parte. Venezuela es un muy mal vecindario para nuestros adultos mayores».
-¿Recomendaciones para el Estado?
-Este informe revela que hay al menos 14% de adultos mayores que viven solos. Yo le diría al gobierno: Ustedes tienen la capacidad, a través de sus sistemas de inteligencia social y de información social, de ubicar a todas las personas adultas mayores solas que viven en el país y dirigir hacia ellas un programa de emergencia que garantice acceso a salud, alimentación al menos a ese porcentaje. Hablan de que hay una cobertura de 100% de las pensiones, pero eso no es así. Hay que ubicar a las personas que no están pensionadas y tener un programa de asistencia adicional, porque está visto que la sola pensión no puede garantizar una vida digna a las personas adultas mayores. Hay que avanzar en ampliar los derechos, hay que empezar a discutir sobre un sistema de seguridad social de cara a los venideros años, donde estamos viviendo un proceso de envejecimiento de la población que es sostenido. Ya nosotros estamos a nivel de reemplazo, de 2,3 niños nacidos, y la expectativa de vida sigue aumentando.
Al Estado, en primer lugar, «le diría que ese 14% de personas solas es un foco importante y puede ser un plan piloto a través del cual demuestren la voluntad de querer ponerse del lado de las personas adultas mayores. Decir que tiene 100% de cobertura es irrelevante hasta para los propios adultos mayores. Muchos de ellos prefieren no ir a cobrar la pensión, porque gastan más en pasaje, en esperar, en hacer cola porque no hay efectivo. Prefieren esperar dos meses para ver si juntando dos logran reunir y comprar algo», enfatiza.
-¿Cuántas personas no tienen pensión?
-Según este estudio 10% de la muestra reveló no tener pensión. En otros estudios en ancianatos hemos constatado que muchas personas tampoco tienen pensión. Pueden seguir diciendo que tienen 100% de cobertura; el problema es que es irrelevante para la vida de las personas. Con 16 dólares un adulto mayor no puede vivir. Una caja de losartán de 30 pastillas cuesta seis dólares; si usted baja esos seis dólares le quedan 10 dólares para vivir un mes. Pónganse la mano en el corazón, los que están en el gobierno, los hacedores de política pública: ¿Vive usted con 10 dólares mensuales? Esa es la realidad.
