Alimentación y asistencia para la salud deben ser la prioridad, subrayó el director de Convite
Para el director general de Convite, Luis Francisco Cabezas, no deja de ser una agradable sorpresa el interés que ha manifestado el gobierno venezolano en las adultas y los adultos mayores. Esta asociación civil ha dedicado buena parte de su esfuerzo a atender las necesidades de quienes la sociedad llama «los abuelitos», que en realidad son seres humanos con urgencias y esperanzas.
«En Venezuela hay una cifra aproximada de 4 millones de personas de 70 años y más. Si partimos del hecho de que casi 95% de estas personas son pensionadas, y su fuente de ingreso principal es la pensión o los bonos, quiere decir que ese 95% de personas no reciben ni siquiera un dólar diario; reciben 0,80 centavos de dólar diario. Según el Banco Mundial, una persona, para estar por encima del nivel de pobreza, debería percibir 1,90 dólares diarios. Eso hace que las personas adultas mayores enfrenten una difícil situación», detalló este jueves en declaraciones a los medios de comunicación durante la presentación de los resultados de 2023 de Convite. «Personalmente celebro el repentino interés que hay en las personas adultas mayores».
Sobre la creación de un ministerio para los adultos mayores, anunciado el pasado miércoles por el mandatario Nicolás Maduro, expresó sus buenos deseos «para que eso sea una real oportunidad para poner sobre la agenda pública la necesidad de entender que Venezuela comenzó a envejecer y la población adulta mayor está llevando la peor parte». De hecho «ya viene golpeada del confinamiento de la pandemia» y sumó la mayor parte de personas fallecidas por COVID-19.
-¿Cuáles deben ser las prioridades, con base en la experiencia de Convite?
-Como urgencia tienes que mirar hacia aquellas personas adultas mayores que viven solas. Hay un número importante, entre 10% a 12% de personas mayores, que viven solas. Esas personas la están pasando muy mal. Creo que el Estado, el ministerio, tiene la capacidad de focalizar dónde están esas personas. El sector gubernamental tienen mapeadas a las personas por el carnet de la patria. Las personas adultas mayores tienen una alta tasa de inscripción en el carnet de la patria para poder cobrar los bonos: por eso sabe dónde están, cómo viven. Deberían identificar ese 10% a 12%, que son 500 mil o 600 adultos mayores, para brindar un programa de respuesta de urgencia para ver cómo están, si están comiendo.
Las principales necesidades que afrontan son «alimentarse bien y asistencia de salud». Ocho de cada 10 personas adultas mayores «sufren de diabetes, de hipertensión o de ambas, y son dos morbilidades que requieren de medicación de por vida. Poder adquirir una caja de losartán potásico de 28 pastillas, que ni siquiera cubre el mes, duplica el costo de la pensión. Ahí ya tienes una persona hipertensa que no tiene acceso a las medicinas. A eso le sumas una alimentación compuesta por carbohidratos, por aquello de que «la pasta llena», «quita los ruidos».