«Queremos presionar al gobierno, en todos los estados, para que se siente con los trabajadores, para que haya discusión de las contrataciones colectivas y que se cumpla el artículo 91 de la Constitución», reitera Argelia Castillo. Los trabajadores venezolanos, subraya Ana Rosario Contreras, aspiramos a salir «de este viacrucis que significa vivir en Venezuela sin salario»
Ni la Semana Santa logró contener el malestar de las trabajadoras y los trabajadores en Venezuela. Entre el lunes 3 y el viernes 9 de abril el Observatorio Nacional de Conflictividad Social registró 22 protestas en siete estados y el Distrito Capital.
El país llega al Domingo de Resurrección con las mismas exigencias, trabajadores mejor organizados y a pocas semanas del 1 de Mayo, fecha en la que tradicionalmente las autoridades anuncian un ajuste salarial.
La resurrección para la población debe ser «un cambio del modelo político, un cambio en las políticas económicas que ha impuesto Maduro para los trabajadores y sus familias», resume Ana Yánez, integrante del comité de conflicto de los trabajadores en lucha. Incluso, Yánez plantea que si Maduro «no puede con este país, que con gallardía renuncia y se vaya con todo su equipo» porque «han corroído los cimientos de esta patria».
«Cuando lees la vida de Jesús de Nazareth ves que Jesús protestaba. Recuerdo cuando entró al templo y dijo que habían convertido la casa de su padre en un santuario de ladrones», refiere Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital. «Hoy Venezuela está convertida en un santuario de ladrones. Funcionarios denunciados por el mismo gobierno de Nicolás Maduro han robado al país, han condenado a un pueblo al hambre. ¿Qué mejor oportunidad, cuando se conmemora el sacrificio de un hombre que dio su vida por la humanidad, que seguir el ejemplo de Jesucristo? Un hombre fuerte, que luchó por la verdad y la justicia».
Contreras opina que si el gobierno verdaderamente cree en dios «debe ser justo, y lo justo es darles a los trabajadores lo que se merecen». A su juicio, si el gobierno de Maduro «se ha apartado de la verdad y la justicia. hoy los trabajadores seguiremos en la calle para exigir un derecho constitucional».
«Queremos presionar al gobierno, en todos los estados, para que se siente con los trabajadores, para que haya discusión de las contrataciones colectivas y que se cumpla el artículo 91 de la Constitución», reitera Argelia Castillo, secretaria general de la Asociación de Profesionales Universitarios en Funciones Administrativas y Técnicas.
Para ello «estamos tratando de unir todos los esfuerzos a escala nacional de los trabajadores públicos y privados», explica Castillo, y asegura que esa es «la gran diferencia entre la lucha del año pasado y esta: la unión de todos los trabajadores».
La presión debe conducir, espera Castillo, a conseguir salarios, jubilaciones y pensiones dignas: «Que cualquier trabajador pueda mantenerse, que no tenga que vivir en la miseria».
La Semana Santa, considera Contreras, debe ayudar a los trabajadores a reconquistar las esperanzas: «El sueño de Venezuela es un país productivo, no un país que sea una guarida de ladrones, ni un país en el que los ladrones de cuello blanco se sientan en sillas de salones de fiesta mientras el que se roba una harina de maíz lo exponen públicamente».
Antes de los escándalos de presunta corrupción los trabajadores escuchaban que el gobierno decía que no tenía dinero y respondían que sí había, y alegaban la extracción de oro y minerales estratégicos. Hoy, cuando el propio oficialismo ha ventilado casos de supuesta malversación, los sindicatos y gremios replican que se ha demostrado que hay dinero en abundancia.
«Si hay dinero para robar tiene que haber dinero para los trabajadores, porque nosotros no somos culpables de lo que está sucediendo en este país, y por eso nos mantenemos unidos: esa es la gran lucha de 2023».
-Ante el Domingo de Resurrección, ¿cuál es la resurrección para los trabajadores?
-La resurrección es la esperanza. La esperanza de que, con la unidad, podamos lograr los objetivos planteados. Salarios y pensiones dignas, un buen HCM.
Los trabajadores venezolanos, subraya Ana Rosario Contreras, aspiramos a salir «de este viacrucis que significa vivir en Venezuela sin salario, y que pueda haber una resurrección de un país en el que todos los derechos sean para todas las personas».