«El momento ahora no es para discutir ideologías, doctrinas, colores políticos», subraya Ana Yánez, coordinadora nacional de Unete
Con nuevas jornadas de protesta comenzó el año 2023 en Venezuela, y son maestras y maestros quienes han llevado la batuta. El pago de un bono a los educadores no aplacó los ánimos; por el contrario, los gremios magisteriales anunciaron nuevas acciones. Este jueves 19 de enero se realizará una marcha desde San Martín hasta Plaza Caracas, sede del Ministerio del Trabajo. También se auguran más acciones de calle el 23 de enero, a propósito de los 65 años de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
La Coordinadora Metropolitana de Trabajadores en Lucha convocó este miércoles a las organizaciones gremiales y sindicales a buscar mejores mecanismos de coordinación. Como lo expresó Raquel Figueroa, dirigente del Colegio de Profesores de Venezuela, es necesaria «una planificación estratégica» para una jornada nacional de protesta.
Ana Yánez, coordinadora de la central Unete e integrante de la Coordinadora Metropolitana de Trabajadores en Lucha, informó que están tendiendo puentes con otras organizaciones «para que entendamos que el momento es para unificarnos en la lucha». Yánez consideró que «el momento ahora no es para discutir ideologías, doctrinas, colores políticos», porque lo que los une es «el hambre, la necesidad que está viviendo nuestro pueblo».
Los líderes sindicales tienen la responsabilidad de unir criterios y luchas «porque el objetivo es lograr que se cumpla lo que dice el artículo 91 constitucional: tener salario digno, seguridad social y restitución de los derechos sociales violentados».
Figueroa propuso «una instancia de coordinación» para «que hagamos una fuerza tan grande que pueda lograr victorias de los trabajadores». Es decir, recuperación del salario y del trabajo. «También estamos proponiendo a todos los sectores que nos unifiquemos en un pliego de demandas en el que el objetivo central sea la defensa del salario y el resto de las conquistas que el patrono nos ha eliminado»ñ
Con un salario mínimo que cada vez se reduce más (poco más de seis dólares) los trabajadores venezolanos se han visto obligados a resolver el día a día como mejor pueden.
-¿La protesta «pica y se extiende»?
-Lamentablemente sí, porque el hambre corre por las calles de Caracas, el hambre corre por los barrios, el hambre corre por los caseríos y todas las poblaciones a escala nacional. Y no hablemos de la clase media, que ya no existe. Es imposible pagar un condominio, porque la prioridad es tratar de conseguir algo para levar a la mesa. Cuando el hambre corre por todo el país la lucha no va a salir de quien convoque, la lucha va a salir de un pueblo que no tiene qué poner en su mesa. La lucha continúa y vamos a seguir en la calle- responde Yánez.
En este momento «es importante la organización y la unión, la movilización y la lucha para poder seguir ejerciendo la presión que establezca a Nicolás Maduro la obligación de fijar sueldos y pensiones indexados al costo de la canasta básica», enfatiza Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital. «No podemos aceptar menos de 300 dólares» que es el costo de la canasta alimentaria. «Tampoco podemos seguir aceptando sueldos en bolívares porque la economía venezolana está dolarizada. Si los trabajadores nos vemos obligados a cancelar en dólares, tenemos derecho de percibir nuestros ingresos en dólares».
Ana Yánez instó al gobierno «a que reflexione y se ponga la mano en el corazón y vea la necesidad del pueblo», porque lo que ocurre es «un genocidio silencioso a través del hambre a una población que en el pasado confió en un modelo político».
Contreras advirtió que ni la violencia ni los pagos los harán desistir: «»Los trabajadores estamos firmes en nuestra decisión. NI la violencia con la que pretendieron desmovilizarnos el 16 de enero, ni los bonos que nos pagaron. No es bono lo que queremos. Queremos un salario fuerte, un salario que sea sostenible en el tiempo y no estos montos hambreadores y promesas inconclusas».