Las razones para migrar son «la búsqueda de empleo, la desesperación e incertidumbre por la situación del país», subraya Armando Obdola, director de la asociación civil Kapé Kapé
A dos indígenas de la comunidad de Muraco (Delta Amacuro) les ofrecieron trabajo en una zona fronteriza con Guyana. «Fueron sometidos para trabajar en la mina como esclavos, sin ningún tipo de pago, y recibiendo vejaciones, hasta que lograron escapar», denuncia Armando Obdola, director de la asociación civil Kapé Kapé. No son los únicos. «En junio de este año conocimos de al menos dos grupos de waraos que se movilizaron hasta Brasil en condiciones precarias», incluso, para poder acceder a las vacunas contra el COVID-19.
Kapé Kapé ha visto cómo «nuestros hermanos waraos ha sido el principal pueblo indígena del país desplazado por efecto de la crisis que vivimos», subraya. Las razones para migrar son «la búsqueda de empleo, la desesperación e incertidumbre por la situación del país».
Obdola remarca que la migración forzada «sigue creciendo, y los indígenas están migrando en las peores condiciones de vulnerabilidad, trasladándose en medio de la clandestinidad y a merced de redes delincuenciales, exponiéndose a todo tipo de riesgos como caer en bandas, extorsión y esclavitud moderna, como denunciamos por redes sociales».
Desempleo, desnutrición y migración son los principales problemas que afrontan los pueblos indígenas del sur del país, tal como lo concluyó la investigación más reciente de la organización Kapé Kapé.
El trabajo evidenció «la continuidad de los problemas sociales que principalmente están aquejando a las familias indígenas de Bolívar, Amazonas y Delta Amacuro», explicó Obdola. También se constató «el consumo de sustancias como alcohol y drogas».
Lo expone de esta manera: «Los indígenas venezolanos continúan acumulando décadas de abandono institucional, que se traduce en una pobreza estructural de raíces cada vez más profundas».
Insiste en que el abandono de los pueblos indígenas es generalizado. «En el caso de Delta Amacuro es notorio y pronunciado el abandono de los servicios básicos y las condiciones de vida», que han llevado a la desnutrición y a la muerte. «En el caso de Bolívar es marcado el asedio de los grupos armados por disputas del territorio y por la actividad minera, situación que va ganando fuerza en Amazonas, donde además se cruza con la presencia de grupos irregulares como sindicatos y guerrilla».
Las fallas de servicios públicos, como el agua, también agobian a los pueblos indígenas. «La gente resuelve por sus propios medios los problemas de salud; la medicina ancestral es la principal respuesta ante el abandono de los ambulatorios y la falta de personal médico». La malaria sigue siendo un problema en el sur del país, recuerda.
En este 12 de octubre plantea que, es necesario crear condiciones para que los indígenas puedan ejercer sus derechos. «Solo cuando el Estado y la sociedad en general entendamos, respetemos y defendamos los derechos de los indígenas podremos comenzar a recorrer el camino de la igualdad y el fin de la discriminación», razona.