Les toca celebrar el Día de la Madre con una videollamada o un voice. «Queremos más oportunidades para vivir mejor», indica Maritza Fuentes. Y agrega: «Y el regreso de nuestros hijos»
Más de un 24 de diciembre lo pasó con su hijo al teléfono: lo escuchaba sin poder mirarlo, porque rompía a llorar. «Mamá, quiero verte», le decía él para convencerla de que se asomara a través de la pantalla. Ahora es ella la migrante, y su hijo, el retornado a Venezuela. A lágrima viva pasaron por la prueba de fuego de una despedida rápida en el autobús que la sacaría de Caracas; todavía no les ha tocado una Navidad con estos papeles invertidos.
Miles de madres y abuelas venezolanas son, ahora, las mamás y las abuelitas por voice de wasap, por videollamada o por cualquier mecanismo de comunicación que la tecnología permita. La emergencia humanitaria compleja de Venezuela, que ha obligado a migrar a más de 7 millones de personas según cifras de Naciones Unidas, fracturó los hogares, colocó a las familias a miles de kilómetros de distancia y trajo a las mujeres un sufrimiento inesperado.
El wasap se convierte, así, en la herramienta para acortar distancias. No en vano tiene más de 2 mil millones de usuarias y usuarios a escala global y se considera la primera red global. Como lo confirmó el Observatorio Venezolano de Fake News en un trabajo publicado en el año 2020 «estudios han confirmado que WhatsApp está dentro del top 5 de aplicaciones más populares en tiendas Google Play y Apple Store».
«Queremos que esto cambie para que nuestros hijos vuelvan. Queremos paz», demandó Isabel Castillo, una de las madres que el viernes 12 de mayo protestó en Caracas con las dirigentes de Primero Justicia. Entre todas las mujeres que manifestaron el deseo más repetido es el regreso de sus seres queridos.
«Tengo dos hijos fuera. Ya tengo muchos años, porque ellos se fueron hace ocho años, viéndolos por videollamada o hablando por wasap. He visto crecer una nieta por wasap. Esa es la realidad que nos ha tocado. A mis 63 años nunca pensé que eso iba a pasar. Queremos la Venezuela del encuentro. Volver a ser lo que éramos antes», enfatizó.
¿Cuánto de ese dolor se ha convertido en enfermedad? Un connotado experto cuenta que ha observado un aumento en los casos de cáncer de mama entre venezolanas que han visto a sus hijos marcharse. Es una percepción que él tiene; un tema como para investigar, para que la ciencia convierta en conclusiones lo que el patólogo observa al microscopio.
Una mamá que reside en la Candelaria cuenta que todos los mediodías que puede se conecta con su hijo, radicado en Chile, para almorzar juntos. Cuando, a comienzos de este año, la telefónica estatal Cantv dejó su zona sin servicio, salió de primera a protestar y exigir su restitución. Para ella, era cuestión de vida o muerte.
«Un país de oportunidades es lo que queremos, es lo que necesitamos ahorita. Los venezolanos hemos perdido todos los derechos. Hemos perdido salud, vivienda, salario digno. Todo. Queremos más oportunidades para vivir mejor», indica Maritza Fuentes. Y agrega: «Y el regreso de nuestros hijos».
-¿Cómo va a celebrar el día de las madres?
-Tristemente, porque mis hijos están fuera. Casi todos han emigrado. No es lo mismo que tener la familia unida. Además, no tenemos ingresos suficientes ni para celebrar.