«A nosotros no nos están regalando nada. Nosotros pagamos nuestra pensión con trabajo», alega Luis Cano, coordinador del frente amplio en defensa de los jubilados y pensionados. «Nosotros proponemos empezar por algo», apunta Emilio Lozada, presidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados de Venezuela. «Si sacamos la cuenta hay suficiente dinero para pagar cualquier incremento, o por lo menos el que estamos planteando: un mínimo de 250 dólares para todos los trabajadores», subraya Arnoldo Benítez, diputado de la Asamblea Nacional de 2015 y dirigente de La Causa R
Su suerte está atada a la de los trabajadores activos, porque el monto de la pensión depende del salario mínimo. Por eso, no han dejado de estar en la calle en marchas, concentraciones y movilizaciones. Como terminaron el año 2022 comenzaron el año 2023. Luis Cano, coordinador del frente amplio en defensa de los jubilados y pensionados, explica que ya no soportan más el dólar paralelo, el dólar oficial y las condiciones de vida.
«Seguimos peleando en la calle por nuestros derechos», enfatiza. «Necesitamos medidas que dignifiquen a más de 5 millones de venezolanos que trabajaron 30, 40 o 50 años», explica. Para Cano es una grosería que el gobierno crea que es un regalo: «A nosotros no nos están regalando nada. Nosotros pagamos nuestra pensión con trabajo».
Los adultos mayores «tenemos el mismo problema que tienen los trabajadores, porque de acuerdo con la Constitución nuestra pensión está anclada al salario mínimo, y si el salario mínimo es de 130 bolívares obviamente nuestra pensión, con una mala interpretación por parte del régimen del artículo 80 constitucional, se mantiene en 130», puntualiza Arnoldo Benítez, diputado de la Asamblea Nacional de 2015 y dirigente de La Causa R. Benítez aclara que, según la Carta Magna, «el piso debe ser el salario mínimo, pero el régimen puso 130 como piso y como techo, así que estaremos en la calle como todos los trabajadores exigiendo una pensión digna».
Cano critica el discurso oficial que culpa de todo a las sanciones. «El gobierno es caradura. Acaba de hacer un estadio que costó millones de dólares. A mí me gusta el beisbol, pero sí critico que me digan que no hay dinero para sueldos y pensiones». Insiste en que quienes dirigen el país deben fijar prioridades, y prioridades son, entre otras, las buenas pensiones y la atención médica.
«No creo en el argumento de que no hay dinero. Que nos digan de dónde sacaron los reales para el estadio», exhorta.
Cuando se le pregunta por el mínimo que le piden al gobierno, responde que ellos no le van a poner la cifra al gobierno. «Eso lo tienen que poner ellos. Nosotros tenemos el artículo 91, que dice que el ingreso debe ser igual a la canasta básica».
«Nuestra aspiración es lograr una pensión digna de acuerdo con lo que dice la ley del Seguro Social», apunta Emilio Lozada, presidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados de Venezuela. «Nosotros proponemos empezar por algo». Lozada recuerda todos los trámites que han hecho, loa funcionarios designados para atenderlos. «Hasta la fecha no ha sido posible que nos llamen para decirnos ‘recibimos su comunicación y vamos a sentarnos para empezar por algo’. Entonces, ante esa incertidumbre, seguimos en la calle».
Ese «empezar por algo» puede ser lo que propuso la Cepal como ingreso de emergencia: Unos 200 dólares. «Que nos sentemos pero no con condiciones, porque no es dar, es cumplir con la Constitución y las leyes», subraya. No quiere que les digan que les van a aumentar las pensiones a cambio de que firmen para que quiten las sanciones a determinados funcionarios, «como ha pasado con otros».
Si todos los jubilados, pensionados y activos reciben un ajuste de 120 dólares al mes, razona Lozada, «son 10 millones de trabajadores que moverían con sus ingresos la economía del país».
Para Benítez nada indica que el gobierno no tiene dinero. «Han hecho gastos que no son necesarios, como el bendito estadio; la estatua de Guaicaipuro, el petróleo que le regalan a Cuba. Si sacamos la cuenta hay suficiente dinero para pagar cualquier incremento, o por lo menos el que estamos planteando: un mínimo de 250 dólares para todos los trabajadores».