La dirigente Raquel Figueroa aseveró que si no hay clases presenciales en septiembre-octubre la culpa será del Estado y no de los docentes
Reprobado. El año escolar 2020-2021 estuvo marcado por dificultades para los estudiantes, maestros obligados a dedicarse a otras actividades para sobrevivir y lo que la profesora Raquel Figueroa denunció como «tareísmo»: Más tareas que aprendizaje.
Para que la historia no se repita y el año escolar 2021-2022 sea diferente se necesitan varias condiciones, reiteró Figueroa, integrante de la Unidad Democrática del Sector Educativo (UDSE). «Lo que estamos exigiendo es que se abran las escuelas, pero con condiciones para que se pueda desarrollar el derecho a la educación».
«La responsabilidad recae en el Estado. Es el Estado el que debe desarrollar lo que de manera retórica ha estado expresando el gobierno nacional en cuanto a abrir las escuelas a partir de octubre», explicó. «Abrir las escuelas es con una inversión real para que se pueda dar el proceso de aprendizaje».
Estamos en pandemia, ni siquiera 10% de la población docente ha sido vacunada contra la COVID-19 y por eso «estamos diciendo que es una condición necesaria, urgente, para que se puedan reabrir las escuelas». Citó el caso de un plantel en el cual, de 80 educadores, inmunizaron a cinco.
Además, el Estado debe invertir en la recuperación de la infraestructura. «Ni siquiera hay una planificación para la limpieza», y para garantizar la presencia de docentes y estudiantes «debe haber una inversión para que nuestros docentes tengan el tapabocas, tengan para limpiarse, tengan el agua».
Si esto no se resuelve, reitera, no hay condiciones para volver. «No es una decisión nuestra decir si vamos o no vamos; es una decisión del Estado para que haya las condiciones». Como gremio, alertó, «no vamos a aceptar decirle a un niño o a un docente que no ha sido vacunado que tiene que ir de manera obligatoria al proceso de enseñanza-aprendizaje».
Los profesores solicitan un salario acorde con el costo de la vida (al menos 300 dólares) tal como lo reiteró Norma Chávez, integrante de la directiva de Aproupel. «El hambre que está pasando el profesorado y la falta de seguridad social nos tienen mendigando», deploró.
Muchos dicen que no volverán a las aulas «porque lo que hacen está sobre el valor del dólar y no sobre el valor del bolívar», expone Figueroa. La dirigente gremial cuenta la historia de un profesor de Antímano, «que se fue llorando de su plantel para dedicarse a ser vigilante de la clínica Santa Inés. Le hicimos la pregunta: ¿Volverías? Y dijo no puedo. Por eso estamos exigiendo el restablecimiento del valor salario».