«Estamos ya al final de un camino que ha sido largo y difícil; ya con el sol a nuestras espaldas ¿Cuál será el recuerdo que quedará de nosotros como individuos o como generación? ¿Seremos cómplices en la desaparición de los principios de la revolución a nombre de la revolución?», inquirió el dirigente de izquierda y exministro del presidente Chávez
El dirigente de izquierda Héctor Navarro, del grupo de profesores que acompañó al presidente Hugo Chávez desde el comienzo del proyecto bolivariano, dirigió una carta abierta al constituyente Julio Escalona para plantear los abusos cometidos contra el mayor general Miguel Rodríguez Torres y solicitar que sea liberado.
«Acudo a ti, Julio y a muchos otros revolucionarios que estoy seguro comparten esta preocupación, estos puntos de vista, para que intercedan ante las autoridades y se resuelva favorablemente este caso y, obviamente, para impedir que otros del mismo tipo se continúen produciendo o se produzcan en el futuro. La libertad plena del General Rodríguez Torres debe darse de inmediato porque no se han cumplido los
extremos de Ley para que él continúe procesado», subrayó en la misiva fechada el 2 de octubre.
«En tiempos pasados, durante los gobiernos de Betancourt, Leoni, Caldera, Pérez, participábamos desde muchos frentes cívicos de batalla como universidades, liceos, sindicatos, y en los barrios (es imposible llevar la cuenta), y esa participación representó un elevado precio que tuvimos que pagar, que tuvo que pagar el pueblo, con muertos, heridos, desaparecidos, atropellos a la Constitución y a la Justicia (incluso a aquella Constitución y aquella justicia) y una constante en tales batallas era el reclamo por los detenidos sin juicio e incluso que permanecían detenidos, «por orden superior» a pesar de tener boleta de excarcelación dictada por los tribunales, por las torturas y maltratos a los detenidos, por la negación en definitiva del acceso a la justicia (tal como, en no pocas oportunidades, fue denunciado públicamente por José Vicente Rangel), es decir, cosas que un revolucionario no puede aceptar que se produzcan y mucho menos a nombre de la revolución, justamente por el compromiso ético», expresó.
«Y esas son de las cosas que esta familia Rodríguez Torres está planteando y que gente como nosotros no puede dejar de atender. Estamos ya al final de un camino que ha sido largo y difícil; ya con el sol a nuestras espaldas ¿Cuál será el recuerdo que quedará de nosotros como individuos o como generación? ¿Seremos cómplices en la desaparición de los principios de la revolución a nombre de la revolución?», inquirió.






