«Para nosotros son muertes evitables», insiste Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, «porque son niños que si hubieran recibido la oportunidad de un programa de trasplante, o que hubieran recibido la medicación que necesitaban, la alimentación, el acompañamiento del Estado, a lo mejor estarían vivos»
Katherine Martínez, directora de Prepara Familia, lo afirma sin dudarlo: «La emergencia humanitaria compleja que vivimos en el país sigue, y en una escalada para nosotros muy importante. Lo vemos todos los días». El Estado, además, «continúa sin garantizar los derechos».
Martínez recuerda que solo en el servicio de nefrología del Hospital de Niños JM de los Ríos han fallecido 71 niños desde 2017. «Para nosotros son muertes evitables», insiste, «porque son niños que si hubieran recibido la oportunidad de un programa de trasplante, o que hubieran recibido la medicación que necesitaban, la alimentación, el acompañamiento del Estado, a lo mejor estarían vivos».
Como defensora de derechos humanos lamentó la opacidad, porque no se conocen los datos del boletín epidemiológico, las cifras de mortalidad materna y de mortalidad infantil. «Ante esta opacidad las organizaciones hemos hecho lo que podemos», señaló, «pero no nos damos abasto, no somos el Estado».
«El deterioro, la fragilidad de los niños» sigue avanzando. El discurso de que todo se arregló se refiere a «una burbuja que lo que hace es ampliar la brecha, porque es una burbuja mínima». Prepara Familia tiene un centro de atención nutricional desde 2020 «y vemos con mucha preocupación el riesgo de desnutrición». Han atendido a unos 1.200 niños y adolescentes.
«Lo que yo veo es que la gente no tiene acceso a una alimentación balanceada, y eso afecta su vida, su dignidad», subraya. «Nosotros creemos que hay que seguir haciendo todos los esfuerzos, seguir luchando» porque «si esto se abandona va a ser muy grave».