La activista Francelia Ruiz detalló que en algunas ocasiones las personas saben quiénes son los victimarios que cometen el delito o los crímenes y no dicen nada porque saben «no van a ser condenadas»
La directora de proyecto de Convite, Francelia Ruiz, ofreció detalles de la cuarta edición del informe anual de victimización vejez en riesgo 2022 que realizó esta ONG con respecto a la vulnerabilidad de los adultos mayores que viven en Venezuela.
En ese sentido, sostuvo que es «un informe que recopila la ocurrencia de muertes violentas de personas mayores en Venezuela.
«Un total de 300 personas mayores murieron de forma violenta en nuestro país. Es alarmante toda vez que hemos venido alertando desde Convite desde el año 2016 que las personas mayores se han ido convirtiendo en un blanco apetecible para el hampa.
Ruiz asegura que este fenómeno tiene «unas causas específicas debido al flujo migratorio venezolano. Nuestro país tiene una tasa migratoria sin precedentes en nuestra región y este es un flujo migratorio que fundamentalmente se ha llevado a las personas en edad productiva y esto ha significado que las personas mayores se han quedado atrás, han ido transitando el síndrome del ‘nido vacío’, el fenómeno de la vejez abandonada».
Además, alertó sobre que en situación de soledad son víctimas de robo y en estos robos fundamentalmente ocurren las muertes. «El número de las muertes violentas documentadas supera el 50% y fueron víctimas de un robo en sus propias casas y en esa en la ocurrencia de ese incidente de seguridad perdieron la vida. Destacamos que estos robos ocurren en su propia casa porque las personas mayores no están seguras ni siquiera en su propia casa».
«Otro dato alarmante que arroja el informe anual de victimización es que entre 35% y 38% de los victimarios son personas cercanas a la víctima: un nieto, un hijo, sobrino, o familiares. Es decir, las personas mayores que tienen alguna pertenencia que reciben una remesa incluso por de ser despojados de su vivienda, de sus bienes o de propia pensión», declaró.
La activista detalló que en algunas ocasiones las personas saben quiénes son los victimarios que cometen el delito o los crímenes y no dicen nada porque saben «no van a ser condenadas».