Durante la mañana de este viernes #24Ene se realizó una misa para pedir por la liberación de los comunicadores sociales que se encuentran detenidos en el país por motivos políticos y en honor a San Francisco de Sales, quien es el patrono de los periodistas.
La eucaristía se realizó en la sede del Colegio Nacional de Periodista (CNP), ubicada en Caracas, y estuvo presidida por el el cardenal Baltazar Porras, administrador de la Arquidiócesis de Caracas.
«Por la conciencia del pueblo venezolano para que lleguemos a un final de libertad»; «por ver a todos los periodistas y presos políticos libres«; “por la fuerza que necesitamos todos los periodistas para seguir ejerciendo nuestra profesión” y “para que en nuestro país vuelva a reinar la libertad, comprensión y la solidaridad entre nosotros”, fueron algunas de las peticiones realizadas por los profesionales de la comunicación y familiares de los presos políticos que hicieron acto de presencia en la misa.
Se refirió sobre la revista “Iglesia Viva”, en la que uno de sus últimos números habla sobre la guerra e indicó que esta problemática no es solamente los conflictos armados sino que se libran a través de la manipulación, de los medios, redes sociales y la influencia que, asegura, existe sobre la sociedad.
“Sobre todo cuando se les restringen el poder tener acceso a la sociedad” indicó.
“Si hay algún sector que es el más difícil de calificar moralmente es siempre el de los presos políticos. Una cosa es que esté detenido por sinvergüenza, por matón, corrupto, y otra cosa por ser calificado por motivo político ¿qué significa eso? Que quien valora lo que hago no soy yo ni la sociedad sino es quienes tienen el poder”, lamentó el Cardenal Emérito.
En este contexto, valoró la importancia de que se narre todos los acontecimientos luego de haber investigado y tener contexto de lo que ocurre, puesto que, subrayó, hacerlo sin esto puede caer en una tergiversación.
«Más allá de tanta necesidad concreta que tenemos y que duele, lo que más convence es la verdad y esa no es la que se impone a trancazos ni por la fuerza, ni porque nos compran, porque eso no ayuda a formar nuestras propias personalidades», sostuvo.