Por decenas de presos políticos marchó y protestó Diego Casanova. A partir del 29 de julio, le ha tocado hacerlo, pero por su hermano: José Gregorio Pérez Maita, detenido en Charallave y preso, desde ese día, en la comandancia policial del municipio Cristóbal Rojas.
«Nos enteramos de la detención porque nos dimos a la tarea, ese día, de ubicarlo. No respondía el teléfono, y tuvimos que salir a buscarlo en el hospital, en las comisarías, hasta que nos dijeron que estaba preso en la comisaría de Charallave», relata Casanova.
A su hermano «lo presentaron casi una semana después de haber sido detenido, y lo culparon de terrorismo, instigación al odio, agavillamiento y daño al patrimonio público». Sigue recluido en la comisaría de Charallave, donde lleva más de 50 días tras las rejas. «Está preso pese a ser inocente. Nos dicen que debemos esperar la audiencia preliminar, que no se sabe para cuándo la van a fijar. Cada vez que vamos al tribunal no nos dicen nada, no nos informan de nada, nos dicen que debemos esperar que el juez decida algo».
Casanova piensa que a José Gregorio lo van a usar en cualquier negociación, al igual que a otros presos.
«Está preso con otras tres personas», describe.