Vacunación contra la COVID-19, medidas de bioseguridad y mejores salarios son algunas de las condicione que se necesitan, calcula Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del DF
Más de 700 trabajadores de la salud fallecidos en Venezuela por COVID-19 no son solo ellos; es igual número de familias enlutadas, es el temor de los que siguen trabajando. Por eso, durante la protesta realizada este jueves a las puertas del Ministerio de Educación, las enfermeras y los jubilados pidieron proteger a los docentes para que la historia no se repita.
Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital, dijo que están convencidos «de que nuestros hijos deben volver a la escuela, pero tienen que hacerlo de manera segura». Es decir, «que no se ponga en riesgo la vida de nuestros docentes, la vida de nuestros padres y representantes».
Para ello, «el Estado debe cumplir con su responsabilidad» y atender todas las necesidades. «Tenemos fallas estructurales en nuestras escuelas, tenemos personal que no tiene un salario suficiente, no hay insumos, no hay equipos de bioseguridad».
Como enfermeras le piden a la ministra Yelitze Santaella «que piense en la salud de los educadores, que piense en la salud de los padres y representantes». Le exigen un plan nacional de vacunación serio, e insisten en que, ante el reinicio de clases presenciales «es una obligación la vacunación de 100% de nuestros educadores para que no pase como en el sector salud», en el que van 740 trabajadores fallecidos. «No queremos contar maestros fallecidos. Queremos ver graduarse a nuestros hijos y formar parte de la reconstrucción de este país».
Los jubilados se sumaron a la manifestación con un llamado muy claro: que se resguarde a los maestros. Emilio Lozada, presidente de la Federación Nacional de Jubilados y Pensionados de Venezuela, sostiene que decir que se va a vacunar a los niños «es una burla tan grande a la salud del pueblo, porque no han podido vacunar al sector salud» y ahora pretenden «engañar a los padres y representantes para que manden sus hijos a las escuelas».
No podemos permitir que las escuelas se conviertan en centro de contaminación, alerto. «Se ha determinado que los niños no duran 35 minutos con unas mascarilla en un salón de clases; también se ha determinado que los niños intercambian mascarillas