Los reticentes no son marcianos: más de la mitad logró estudiar en la universidad y su fuente de información son las redes sociales, subrayó Manuel Figuera, presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología
Las personas antivacunas siguen más vivas que nunca. Un estudio realizado por el doctor Manuel Figuera, presidente de la Sociedad Venezolana de Infectología, entre usuarios de las redes sociales del organismo científico mostró que al menos 21% pueden considerarse reticentes a la inmunización.
Figuera, quien comentó los resultados este viernes durante una sesión del Congreso Venezolano de Infectología, explicó que se segmentaron en cuatro grupos: galenos provacunas (41,3%), otros provacunas (26,7%), reticentes (21%) y legos o faltos de conocimiento (11,1%).
La investigación, también expuesta en el salón de los póster, detalla que los galenos provacunas consideran que tienen mucho riesgo de contagio, se informan mediante publicaciones científicas, recomiendan la vacunación y confían en las inmunizaciones. Los otros provacunas se informan con los profesionales de la salud y estiman que tienen algo de riesgo de contagio.
Los reticentes no son marcianos: más de la mitad logró estudiar en la universidad y su fuente de información son las redes sociales. Los legos se informan con profesionales de la salud y recomiendan la inmunización.
«El más importante es el segmento meta de los reticentes, donde predominan los antivacunas y cuya fuente principal de información son las redes sociales», señaló el experto.
Las redes permiten, como lo resaltó, un alcance mayor con un esfuerzo menor; no obstante, recordó que no todo el mundo tiene acceso a ellas en Venezuela. La cuenta en Instagram de la Sociedad tiene 102 mil seguidores, indicó Figuera.
Destacó el rol del mercadeo social en salud, que permite influenciar en positivo. Mas insistió en que, para lograr un cambio de conducta, la gente necesita incentivos, porque es muy sabroso comer grasiento y puede resultar difícil, por ejemplo, comenzar a hacer ejercicios.
Otro trabajo presentado en el Congreso, dedicado a analizar el nivel de conocimiento, actitudes y prácticas sobre la COVID-19, evidenció una actitud indiferente (33%) y negativa (11,9%) entre los encuestados. Las personas no vacunadas tienen bajo conocimiento, actitudes negativas o indiferentes.