Para la aplicación de cualquier vacuna resulta indispensable minimizar los riesgos y maximizar la posibilidad de beneficio terapéutico
Ante el anuncio oficial de iniciar un plan de vacunación a niños, niñas y adolescentes con un fármaco, candidato a vacuna denominado “Abdala”, en Cecodap expresamos nuestra preocupación de iniciar un proceso de aplicación de vacunas sin cumplir criterios bioéticos, científicos y con las aprobaciones necesarias por los entes regulatorios nacionales e internacionales.
Si bien es cierto que las vacunas son indispensables dentro de una política sanitaria, las mismas deben ser seguras, efectivas, confiables y con resultados verificables. Estos criterios son especialmente necesarios cuando son aplicadas a niños, niñas y adolescentes.
Para la aplicación de cualquier vacuna resulta indispensable minimizar los riesgos y maximizar la posibilidad de beneficio terapéutico. En caso contrario, sería una vulneración a la salud, aún más cuando se trata de los niños, niñas y adolescentes. Es importante insistir que los resultados de los ensayos clínicos en personas adultas no deben atribuirse a los niños, niñas y adolescentes.
Aún no existe evidencia científica sólida sobre la efectividad del fármaco Abdala y no existe información oficial pública sobre el estricto cumplimiento de las fases de la investigación en la elaboración de este producto.
La Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, en su artículo 47, reconoce el derecho a la inmunización contra las enfermedades prevenibles. Para ello, el Estado asume la obligación de garantizar vacunas de calidad.
Exigimos al Estado garantizar la protección de los niños, niñas y adolescentes frente a un futuro proceso de vacunación por COVID-19. Es indispensable garantizar la información pública suficiente que certifique la seguridad y calidad de una vacuna. De igual forma se deben adoptar las medidas necesarias que permitan el acceso a un programa de vacunación universal, gratuito y oportuno.






