Siete de cada 10 habitantes de Caracas afirman que no reciben suficiente agua por parte de Hidrocapital
Chavistas y opositores, maduristas y guaidocistas, personas de todas las edades y de todos los colores están unidas, en Caracas, por varias calamidades; pero hay una que más se parece a una enfermedad crónica que a un servicio público: la falta de agua. Potes, botellas, envases de todos los tamaños sirven para buscar agua donde sea y como sea, llámese llenadero, canal, tanque, chorro, chorrito.
Lo que se observa en las calles también se constata en las evaluaciones. El Monitor Ciudad, iniciativa del exconcejal Jesús Armas para hacerles seguimiento a los servicios, mostró que un millón de caraqueños están obligados a dedicar buena parte del día a acarrear agua. «49% de los caraqueños dice que ha acarreado agua o que está acarreando agua», enfatizó.
«Pescan» el líquido en quebradas, o incluso, en oficinas. El dirigente cita el caso de una persona que llenaba los envases en su trabajo en Chacaíto y lo cargaba en el Metro hasta Catia.
Siete de cada 10 caraqueños afirman que no reciben toda el agua que necesitan por parte de Hidrocapital, tal como lo detalló Armas en conversación con Contrapunto durante el foro El papel presente y futuro de las aguas subterráneas, celebrado en Caracas y organizado por la Asociación Venezolana de la Industria de las Aguas Subterráneas. De ese 70% el 55% reporta recibir menos de 50 litros de agua al día, que es lo mínimo recomendado para un ser humano por organismos internacionales, denunció.
Ya comenzó la temporada lluviosa, acompañada por ondas tropicales que generan más precipitaciones, pero el problema no se resuelve. Por el contrario, empeoró en junio, porque hubo interrupciones en los sistemas Tuy II y Tuy III, sostuvo Armas.
Durante la crisis causada por los apagones, e incluso antes, «había agua en los embalses; el problema es la distribución», indicó.
Monitor Ciudad también ha estudiado la calidad del líquido: «Lo cierto es que hoy Hidrocapital no tiene los elementos para poder potabilizar el total del agua que se necesita. Tiene 30% más o menos de los implementos que son necesarios».
A esto se suma el estado de las tuberías y de los tanques de los edificios, lo que hace que si el agua llegó limpia a las viviendas se convierta en un pichache al abrir el grifo.
«Esto va a empeorar, porque no se están haciendo las inversiones necesarias y quienes están hoy dirigiendo los destinos de Hidrocapital no tienen la capacidad» para manejar los sistemas, alerta Armas.
Calcula que para comenzar la rehabilitación de los sistemas de agua de la ciudad se necesitan unos 300 millones de dólares, que debería formar parte de cualquier paquete de ayuda para Venezuela.