La falta de servicios obligó a los empresarios a adquirir plantas y pagar altos costos para poder desarrollar sus actividades
El 7 de marzo de 2019, Venezuela fue testigo del primero de una ola de apagones que llenaron de incertidumbre y desesperación al país, y que dejaron consecuencias que un año después siguen vigentes, y con más fuerza en las poblaciones del interior.
¿Cómo pagar?, esa era una de las grandes dificultades que enfrentaron los venezolanos al quedarse sin energía eléctrica, y la solución fue acudir a los ahorros en divisas para adquirir los productos ante la falta de efectivo, bancos, cajeros y puntos de venta.
Y aunque ya se comenzaban a ver en las calles, desde los apagones, los dólares llegaron para quedarse, pues cada día la divisa estadounidense, aún de forma irregular, cobra más fuerza como medio de pago en Venezuela, dejando rezagada a la moneda local.
Ezio Angelini, presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo, señaló a Contrapunto que a partir de los apagones la dolarización alcanzó más de 90% en el estado Zulia.
En Barquisimento, estado Lara, los pagos con divisas alcanzan el 59% de las transacciones comerciales, situación similar a la de otras ciudades.
Así lo indicó en entrevista con Contrapunto Giorgio Reni, presidente de Fedecámaras Lara, quien considera que los apagones generaron desconfianza en la moneda local.
Un año después siguen los problemas
En Zulia, 20% de los comercios saqueados tras el primer apagón del 7 de marzo, nunca más volvieron a abrir, por lo que más de 2 mil puestos de trabajo se perdieron y junto con los apagones, llegaron a la entidad problemas con la gasolina, con los cortes continuos y la reducción del comercio.
Los apagones también generaron en la entidad cambios demográficos, pues buena parte de la población se fue de la ciudad para trabajar en Caracas o irse al extranjero.
A este escenario, el presidente de la Cámara de Comercio de Maracaibo agrega problemas de impuestos e inseguridad.
Para el presidente de Fedecámaras Lara, cuantificar las pérdidas por los apagones «es sumamente difícil», porque tiene una cantidad de variables y problemas conexos o independientes que han afectado a la región.
Además de los apagones, rechaza la implementación de cortes no programados en el servicio eléctrico que generan grandes pérdidas en Lara, a lo que se suman otros problemas como la falta de materia prima.
Reni, considera que uno de los daños más grandes que ocasionaron los apagones de 2019 fue «la inseguridad continua de las cosas básicas que antes dábamos por sentadas», como la gasolina, electricidad, agua, transporte público, etc.
«Esa inseguridad ha ido calando mucho más en el ánimo de las personas. Creo yo que ese es el efecto más negativo que nos trajo». expresó Reni.
Los empresarios al poder
El representante gremial del estado Zulia lamentó que los empresarios tuvieran que asumir el trabajo del Estado, al verse obligados a adquirir plantas y pagar altos costos por los servicios para poder desarrollar sus actividades, lo cual se ve reflejado en los precios.
Reconoce que los comerciantes se adaptaron, se reinventaron y resolvieron la situación, ya que deben hacer todo lo que está en sus manos para mantenerse.
A las autoridades pide seguridad y mejoras fiscales. «Lo que estamos pagando de impuestos es una locura», aseveró.
En Lara, por su parte, los empresarios también se reinventaron para sobreponerse a los efectos negativos de los apagones, por ejemplo con el auge de los bodegones, que, a juicio de Giorgio Reni, «pueden ser una expresión de un nicho de oportunidad aunque no implica recuperación económica».
Los empresarios de Lara, piden al Ejecutivo información sobre las fallas que generaron los apagones del año pasado y las correcciones que deben hacerse para mejorar el servicio. Incluso, se comprometen a ayudar con el fin de volver a la normalidad.