El profesor Ernesto González, investigador de la Facultad de Ciencias de la UCV, propone un «paquete» de medidas para recuperación integral de este reservorio de agua
Lo que tardó años en dañarse difícilmente se recuperará en seis meses. El profesor Ernesto González, jefe del laboratorio de limnología del Instituto de Biología Experimental de la UCV, afirma que el abordaje del Lago de Maracaibo debe ser integral y propone un «paquete» de medidas.
Entre tantos problemas que afronta, el reservorio de agua es víctima de los nutrientes inorgánicos que aumentan la proliferación de algas y bacterias (eutrofización). Una de sus manifestaciones es el conocido popularmente como «verdín», o bacteria con clorofila. El Lago «es una caja de resonancia de lo que ocurre en la cuenca», o los ríos que lo acompañan, argumenta González. «El verdín es una consecuencia: son las bacterias con clorofila que forman parte del fitoplancton» que han tenido «un crecimiento explosivo».
Los derrames de petróleo contaminan. Pero son los aportes de nitrógeno y fósforo provenientes de las aguas servidas los que alimentan el «verdín» y la lemna. «El problema es la eutrofización», subraya. «En determinadas épocas del año aparece el crecimiento explosivo» de estos organismos.
Cuando el viento sopla -desde noviembre hasta abril- el fenómeno baja. Cuando termina la Semana Santa «termina la época de vientos», aclara. En aguas cálidas y tranquilas, con nutrientes, hay un buen caldo de cultivo para el verdín.
En el centro del Lago se encuentra la cianobacteria. «La proliferación del verdín no es algo nuevo; ya se había detectado, pero no a esa escala» como la de ahora. «Todos los años cayendo nutrientes generaron esta crisis». En años anteriores el conflicto lo causó la lemna.
Tratar las aguas que van al Lago debe ser un compromiso de todos, señala González en conversación con contrapunto.com. Es importante, también, proteger la cuenca con bosques. «Donde haya actividad que genere desperdicios, aguas de escorrentía con nutrientes, hay que tratarlas. Si son actividades agrícolas se debe tratar de cambiar el tipo de fertilizante, buscar alternativas orgánicas que puedan ser degradadas; si son inorgánicas, el exceso de alguna manera debe ser retenido».
Los ríos que alimentan el Lago también deben ser abordados. Por ejemplo, con humedales. «En el caso del río Catatumbo, que tiene un caudal tan grande», hay que tomar acciones en cada punto. Una de ellas es recurrir a las plantas acuáticas que puedan funcionar como esponjas de los nutrientes asociados con la eutrofización. «Se debe buscar que al Lago llegue la menor cantidad de nutrientes posible».
El dragado del Lago de Maracaibo permitiría la renovación de las aguas, al facilitar el ingreso de aguas limpias y promover la salida de las afectadas. «El problema es que estás sacando nutrientes que pueden afectar otros ecosistemas, porque hay lagunas en la zona del Golfo de Venezuela. Es una larga cadena».
El fondo del Lago «es un enrejado de tuberías» de la industria petrolera. «Eso habría que demarcarlo, sustituirlo», plantea. González comenta que trabajadores petroleros le confirmaron que se usa nitrógeno gaseoso para algunos procesos. «Ese nitrógeno no es aprovechado por todas las algas, pero las cianobacterias, que forman parte del verdín, pueden fijar nitrógeno del aire».
Consultado sobre el empleo de cabello para limpiar el Lago del petróleo, el científico apuntó que son buenas intenciones que pueden ayudar localmente, pero se necesita mucha cantidad. «Ellos atendieron a mil personas cuando hicieron el operativo, y esas personas llenaron 70 bolsas. Tendríamos que dejar calva a toda la población, y va a ser insuficiente. Esto es algo loable, tiene un efecto mediático, puede ayudar en lo local». Esa medida, de momento, no contribuiría a remover la bacteria, mas sí, los hidrocarburos, aunque «es una solución parcial».
En febrero pasado, durante una discusión organizada por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales, la presidenta de este organismo, la doctora Liliana López, responsabilizó a los derrames petroleros: «El Lago de Maracaibo se está haciendo anóxico porque está oxidando la materia orgánica producto de los derrames de petróleo. Esa es la realidad que no se quiere ver”», aseveró.
El lago se puede recuperar de la crisis, reitera González, pero «posiblemente nosotros no lo veamos totalmente saneado, porque es un proceso muy a largo plazo. Si estamos contaminando el Lago desde antes de que yo naciera, no podemos esperar una solución a tan corto plazo». No obstante, si se sostiene el trabajo se puede lograr que haya menos cantidad y menos frecuentes floraciones de fitoplancton. «Habría que ir combinando soluciones».
