Después de agotarse las reservas de agua en tanques, potes, pipas y tobos, los venezolanos salen a buscar el vital líquido en donde sea, cómo sea y a costa de lo que sea
“Llegó la luz, pero cómo hago para comer sin agua”, indicaba una vecina de San Agustín del Norte en Caracas cuando se acercaba corriendo, tobo en mano, a tomar agua de un tubo que se reventó al borde la autopista Francisco Fajardo.
Los caraqueños «hacen de tripas corazón» para tratar de acceder al vital líquido y cualquier filtración de un tubo en la autopista, cualquier pequeño brote que llegue del Parque Nacional Ávila son espacios que la gente ocupa con cualquier envase.
El Gobierno ha decidido que los camiones cisternas carguen agua y que las dos primeras cargas sean distribuidas gratuitamente. Luego los “cisterneros” pueden hacer más viajes y cobrar lo que consideren.
Sin embargo, los choferes reportan que, cuando llegan a hacer su tercer viaje son obligados nuevamente a prestar el servicio gratuito; por lo tanto, varios han optado por detener su actividad ante la imposibilidad de tener un ingreso que les permita cubrir las necesidades de su grupo familiar.
Por otra parte, algunos distribuidores de agua cobran en dólares cada botellón.
La poca disponibilidad de efectivo y los efectos de la hiperinflación hacen que los pagos en “cash” se dificulten. Debido a los problemas del sistema financiero para las transferencias entre instituciones bancarias, el intercambio de bienes y servicios se está haciendo en moneda dura.
En este escenario la especulación hace de las suyas con una excusa perfecta.
Este miércoles 13 de marzo en la mañana se rompió un tubo en las inmediaciones de San Agustín del Norte en la ciudad de Caracas, lo que provocó que los sedientos habitantes de la zona mudaran su sitio de recolección de líquido de las riberas del Guaire (la cloaca de Caracas) a este “chorro de agua” que se levantó en el borde de la autopista Francisco Fajardo.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, aseguró este martes que el servicio de agua se restablecería paulatinamente en la medida en que se normalice el servicio eléctrico.