El para Francisco nombró como nuevo obispo de Shanghai a Joseph Shen Bin, quien ya había sido elegido para este cargo por las autoridades chinas hace algunos meses pero sin contar con la autorización de Vaticano y por tanto violando los acuerdos establecidos, para de esta manera poder zanjar la crisis que se había abierto desde entonces con Pekín.
«El Santo Padre ha nombrado a Joseph Shen Bin obispo de Shanghai, China continental, trasladándolo desde la diócesis de Haimen, provincia de Jiangsu», informó hoy el Vaticano.
Sin embargo, en abril, las autoridades chinas anunciaron ya el nombramiento del nuevo obispo para Shanghái, la mayor diócesis católica de China, y que no tenía obispo desde 2013, con una decisión unilateral que violaba el histórico pacto entre ambos país firmado en 2018 y renovado ya en dos ocasiones para la elección de los obispos.
Este se había sido considerado un primer paso para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas que no existen desde 1951 y sobre todo para unificar la Iglesia católica, que se dividía entre los afines a las autoridades y los que estaban considerados como una iglesia clandestina.
Aunque se desconocen los puntos del pacto, el papa explicó que la elección se hacía de acuerdo con las autoridades del país pero que la última palabra la tenía él.
El nombramiento de Shen Bin había llegado a través de una carta del Consejo de Obispos Chinos, del que el prelado es jefe, y que es un organismo que no está reconocido por la Santa Sede y está estrechamente subordinado al Partido Comunista Chino.
EFE