Una nueva página se ha escrito en la historia de la Iglesia católica. Este jueves 8 de mayo, desde la chimenea de la Capilla Sixtina, una columna de humo blanco se elevó al cielo poco después de las 12 del mediodía (hora Venezuela), señal inequívoca de que los cardenales reunidos en cónclave han elegido a un nuevo papa.
Miles de fieles congregados en la Plaza de San Pedro estallaron en aplausos y emoción al ver la “fumata blanca”, el tradicional anuncio visual que indica que el cónclave ha llegado a un acuerdo tras las votaciones secretas. El repique de las campanas de la Basílica de San Pedro confirmó la noticia, mientras el mundo entero volvió su mirada hacia Roma.
La elección se produce tras el fallecimiento de Francisco, un evento que marca el inicio del cónclave, en el que los cardenales menores de 80 años se reunieron en estricto secreto para elegir al nuevo líder de la Iglesia.
El recién elegido papa, cuyo nombre papal será revelado en breve, se dirigirá por primera vez a los fieles desde el balcón de la Basílica, ofreciendo su bendición Urbi et Orbi (“a la ciudad y al mundo”).
Este evento marca el comienzo de un nuevo capítulo para los más de 1.300 millones de católicos en el mundo, y representa un momento de especial significado espiritual y político para millones de creyentes.