El papa Francisco alentó a los fieles a seguir el camino del Beato José Gregorio Hernández, apóstol de paz: “Ensuciarse las manos” y “promover el bien”.
Durante la Audiencia General del miércoles 13 de septiembre, el santo padre continuó con el ciclo de catequesis sobre el “celo apostólico”, centrándose en la figura de un laico latinoamericano, el beato José Gregorio Hernández Cisneros, reconocido por el pueblo como el «médico de los pobres».
“Muchos hablan, muchos hablan mal, muchos critican y dicen que todo va mal. Pero el cristiano no está llamado a esto, sino a ocuparse, a ensuciarse las manos, sobre todo, como nos ha dicho San Pablo, a rezar (cfr. 1 Tm 2,1-4), y después a comprometerse no en chismorreos, sino a promover el bien, a construir la paz y la justicia en la verdad”, afirmó el papa Francisco.
El pontífice rindió homenaje en la Plaza de San Pedro a José Gregorio Hernández, quien nació en Venezuela en 1864. “Hermanos, hermanas, ante este testigo preguntémonos: yo, delante de Jesús presente en los pobres cerca de mí, frente a quien en el mundo sufre más, ¿cómo reacciono? ¿Hago algo o me quedo como espectador?”, cuestionó.
“El Beato José Gregorio nos estimula también en el compromiso delante de las grandes cuestiones sociales, económicas y políticas de hoy”, aseguró el Santo Padre.
“También esto es celo apostólico, es anuncio del Evangelio, es bienaventuranza cristiana: ‘bienaventurados los que trabajan por la paz’ (Mt 5,9)”, sostuvo el Obispo de Roma. El papa Francisco recordó que José Gregorio Hernández se destacó por su dedicación a los más necesitados.
José Gregorio Hernández muere pronunciado el nombre de la Virgen
Después de estudiar medicina, atendió y ayudó gratuitamente a aquellos que no podían pagar por sus servicios médicos. Su profunda relación con Jesús lo llevó a dedicar su vida al servicio de los demás y a buscar la paz en el mundo.
Finalmente, murió mientras realizaba un acto de misericordia al visitar a un enfermo. El Santo Padre rememoró la muerte del beato así: “Pero mientras atraviesa la calle, es atropellado por un vehículo; llevado al hospital, muere pronunciado el nombre de la Virgen. Su camino terreno concluye así, en una calle mientras realiza una obra de misericordia, y en un hospital, donde había hecho de su trabajo como médico una obra maestra de bien”.
El Pontífice saludó a los peregrinos de habla hispana y pidió al Señor, a través de la intercesión del Beato José Gregorio Hernández, que los ayude a ser apóstoles de la caridad y misioneros de la esperanza, especialmente atentos y compasivos con aquellos que sufren.
“Sigamos el camino del Beato Gregorio, laico, médico, hombre de trabajo cotidiano, a quien el celo apostólico impulsó a vivir la caridad durante toda su vida”, concluyó.
En su catequesis, el papa Francisco destacó también la importancia de la transmisión de la fe por parte de las madres y enfatizó que la fe se transmite en el «lenguaje de las madres», un dialecto especial que sólo ellas pueden hablar.