El papa Francisco consideró también que se debe “avanzar en el aspecto religioso para entendernos mejor y que los ciudadanos chinos no piensen que la Iglesia no acepta su cultura y sus valores y que la Iglesia depende de otra potencia extranjera”
El papa Francisco ha nombrado a Mons. Thaddeus Wang Yuesheng nuevo obispo de Zhengzhou, en la provincia de Henan (China), una diócesis que ha permanecido vacante durante setenta años, reseñó la página oficial de El Vaticano.
Aunque el Santo Padre nombró al obispo el pasado 16 de diciembre, cumpliendo con el Acuerdo Provisional entre la Santa Sede y China, esta nueva designación no se ha conocido hasta este jueves 25 de enero, día en el que Mons. Yuesheng ha sido consagrado.
Según ha informado la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el nuevo obispo nació en Zhumadian (Henan) el 27 de febrero de 1966.
Cursó estudios de Filosofía y Teología en el Seminario del Centro Sur desde 1987 hasta 1993 y fue ordenado sacerdote en Hankou, el 17 de octubre de 1993.
Ejerció como párroco en Zhengzhou y desde diciembre de 2011 es párroco en el distrito de Huiji, también en Zhengzhou.
Durante la rueda de prensa en el vuelo de regreso de su viaje a Mongolia en septiembre de 2023, el Papa Francisco aseguró que “las relaciones con China son muy respetuosas” y que “los canales son muy abiertos”.
En ese sentido, señaló que “para el nombramiento de obispos hay una comisión que trabaja desde hace tiempo con el gobierno chino y el Vaticano”.
En septiembre de 2018 el Vaticano y China firmaron un acuerdo provisional sobre el nombramiento de obispos, cuyo contenido no ha sido aún publicado. Este acuerdo ha sido renovado en dos ocasiones, la última en septiembre de 2022.
“La comisión presidida por el Cardenal (Pietro) Parolin está haciendo bien este camino amistoso: están haciendo un buen trabajo, también por parte de China, las relaciones están en marcha. Siento un gran respeto por el pueblo chino”, afirmó el Pontífice.
Durante la conferencia de prensa, el papa Francisco consideró también que se debe “avanzar en el aspecto religioso para entendernos mejor y que los ciudadanos chinos no piensen que la Iglesia no acepta su cultura y sus valores y que la Iglesia depende de otra potencia extranjera”.