El gobernador de Vinnytsia Serhiy dijo que solamente 10 personas habían sido identificadas hasta ahora de las casi dos decenas de personas muertas
Equipos de socorristas con perros adiestrados revisaban los escombros en una ciudad central de Ucrania este viernes en busca de desaparecidos, luego de un ataque con cohetes por Rusia que dejó al menos 23 muertos.
Los ataques con misiles contra Vinnytsia lanzados por un submarino ruso este jueves fueron los últimos incidentes en cobrar vidas de civiles y causar indignación internacional desde que inició la guerra entre Rusia y Ucrania. La campaña se ha centrado ahora en la región oriental del Donbás, pero las tropas rusas rutinariamente disparan contra objetivos en otras partes de país.
El ministerio del Interior de Ucrania dijo este viernes que Rusia había lanzado más de 17.000 ataques contra objetivos civiles durante la guerra, desplazando a millones de sus hogares, matando a miles de combatientes y civiles y vapuleando la economía mundial con precios disparados y frenando claves exportaciones de importantes productos ucranianos y rusos como alimentos, combustible y fertilizante.
Más de 73 personas — incluyendo cuatro niños — seguían hospitalizadas y 18 personas estaban desaparecidas tras el ataque coheteril de este jueves, dijo Oleksander Kutovyi, portavoz del servicio de emergencias en la región de Vinnytsia. Los equipos de búsqueda revisaban dos sitios este viernes — un edificio de oficinas con un centro médico y una sala de conciertos cerca de un parque y un área de recreación en los que a manudo hay madres con niños.
El gobernador de Vinnytsia Serhiy dijo que solamente 10 personas habían sido identificadas hasta ahora de las casi dos decenas de personas muertas.
“Rusia mata deliberadamente a civiles y todos los responsables por el crimen deben ser llevados ante la justicia”, dijo, al denunciar “la conducta bárbara de Rusia que pisotea la ley humanitaria internacional”.






