De acuerdo con el informe del el Pnuma esta cantidad de residuos se traduce en 132 kilogramos per cápita y casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores
Más de 1.050 millones de toneladas de alimentos se desperdiciaron en 2022 en el mundo, el 60% procedente de los hogares, señaló un informe del Programa de la Organización de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), cifras obtenidas durante un año en el que un tercio de la humanidad se enfrentaba a la inseguridad alimentaria.
«El desperdicio de alimentos es una tragedia mundial. Millones de personas pasarán hambre hoy debido al desperdicio de alimentos en todo el mundo», señaló este miércoles en la presentación del informe la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen.
El documento presenta el Índice de Desperdicio de Alimentos 2024, realizado conjuntamente con la organización asociada WRAP, se titula «Piensa, come, ahorra. Seguimiento de los avances para reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos».
El estudio presenta una estimación mundial sobre el desperdicio de alimentos a nivel de minoristas y consumidores, además de sugerir mejores prácticas que permitan reducir a la mitad el desperdicio para 2030, de acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijados por las Naciones Unidas.
Según el Pnuma, en 2022 se generaron 1.050 millones de toneladas de residuos alimentarios (incluidas las partes no comestibles), lo que supone 132 kilogramos per cápita y casi una quinta parte de todos los alimentos disponibles para los consumidores.
De acuerdo a lo reseñado por la agencia de noticias EFE, el total de alimentos desperdiciados, el 60% (631 millones de toneladas) proviene de los hogares de todo el mundo, mientras que el 28% es corresponde a los servicios de alimentación y el 12% del comercio minorista.
Cada persona desperdició 79 kilogramos de comida al año, y en los hogares se desperdició cada día el equivalente a mil millones de comidas, o dicho de otra forma, 1,3 comidas diarias para las personas afectadas por el hambre en el mundo.
A su vez, el desecho de alimentos, señala el informe, genera entre 8% y 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI, en inglés), lo que supone casi cinco veces más que las emisiones totales del sector de la aviación.
El desperdicio de comida sigue perjudicando a la economía mundial y alimentando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación, si bien el Pnuma recordó que no es solo un problema de los países ricos.
Así, en promedio, los países de diferentes niveles de ingresos desperdician una cantidad similar de alimentos por persona.
Por otro lado, únicamente cuatro países del Grupo de los Veinte (G20, bloque de economías ricas y en desarrollo), Australia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos, además de la Unión Europea (UE), cuentan con estimaciones adecuadas sobre el desperdicio de alimentos para realizar un seguimiento de los progresos hasta el 2030.
Por ello, la directora general de WRAP, Harriet Lamb, abogó por «una mayor acción coordinada en todos los continentes y cadenas de suministro».
«Esto es fundamental para garantizar que los alimentos alimenten a las personas, no a los vertederos», agregó Lamb.
Información de EFE