La tumba del padre del derrocado expresidente sirio Bashar Al Assad, Hafez, fue incendiada en su ciudad natal de Qardaha, según mostraron imágenes tomadas por la AFP el miércoles, en las que combatientes rebeldes en uniforme de faena y hombres jóvenes veían cómo ardía.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos dijo a la AFP que los rebeldes habían prendido fuego al mausoleo, situado en el corazón de Latakia de la comunidad alauita de Assad.
Hafez Al Assad fue un político y militar sirio que ocupó la presidencia de Siria desde el 22 de febrero de 1971 hasta su muerte el 10 de junio de 2000. Nació el 6 de octubre de 1930 en Qardaha, una localidad ubicada en la región montañosa de Latakia, en el seno de una familia de la minoría alauí.
Durante su gestión política, consolidó un régimen autoritario en Siria basado en el control absoluto del poder político, militar y de seguridad. Su ascenso al poder tras el “Movimiento Correctivo” de 1970 marcó el inicio de un gobierno centralizado en torno a su figura y sostenido por el Partido Baaz Árabe Socialista, del cual era líder.
Assad estructuró el aparato estatal para garantizar su permanencia en el poder, fortaleciendo los servicios de inteligencia y colocando a miembros de la minoría alauí, a la que pertenecía, en puestos clave dentro del ejército y la administración pública. Bajo su gobierno, las libertades políticas fueron severamente restringidas, se prohibieron partidos opositores y cualquier disidencia fue reprimida con dureza, a menudo mediante encarcelamientos, torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Uno de los episodios más representativos de su gobierno fue la masacre de Hama en 1982, donde las fuerzas militares, bajo sus órdenes, aplastaron un levantamiento liderado por la Hermandad Musulmana. El operativo resultó en la muerte de decenas de miles de civiles y destruyó gran parte de la ciudad, consolidando su reputación de gobernar con mano de hierro.
En el ámbito regional, Al Assad adoptó una política de confrontación con Israel y promovió una influencia hegemónica de Siria en el Líbano, interviniendo directamente en la guerra civil de ese país para asegurarse un control estratégico en la región. A pesar de su postura antioccidental, supo mantener el apoyo de aliados como la Unión Soviética, lo que le permitió sostener un régimen que se mantuvo casi tres décadas en el poder.
información de AFP