El mandatario Nicolás Maduro propuso este lunes #23Jun la realización de una «cumbre por la paz y contra la guerra» tras el conflicto que se desencadenó en Medio Oriente entre Irán e Israel y que ya cuenta con más de 400 fallecidos.
Desde el Salón Antonio José de Sucre de la Casa Amarilla, la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, leyó una carta enviada por Maduro ante el cuerpo diplomático acreditado en el país.
En la misiva se indica que la cumbre propuesta debe desarrollarse «a la mayor brevedad posible» de un país de la región afectada para asegurar la participación directa «de los actores más involucrados» y así enviar una señal de «voluntad por la paz».
«Propongo muy respetuosamente la convocatoria de una cumbre por la paz y contra la guerra para enfrentar el peligro creciente de un conflicto que podría arrastrar a la humanidad al abismo de una guerra nuclear», leyó Rodríguez al tiempo que indicó que la misma debe estar liderada de manera colectiva por la Liga de Estados Árabes, Organización de Cooperación Islámica, Consejo de Cooperación del Golfo y los BRICS.
Asimismo, mencionó que la cita debe contar con el compromiso de «potencias globales» como Rusia y China y, también, contar con la participación «plena y activa» de naciones del sur global «comprometidas por el multilateralismo y la paz».
Por otra parte, Maduro propuso que se avance en la creación de una «zona libre de armas nucleares» en Asia occidental y exigir al Consejo de Seguridad de la ONU un «mecanismo inmediato de desarme nuclear en Israel», el cual, asegura, el arsenal secreto «representa una grave amenaza a la estabilidad regional y del mundo».
«Confiamos en que este llamado será escuchado y contribuye a forjar un consenso internacional firme para detener la guerra, contener la amenaza nuclear y construir una arquitectura de paz sustentada en la justicia», sostuvo.
Desde el inicio de la ofensiva israelí, 24 personas han muerto en Israel -además de una mujer que sufrió un infarto en un búnker- mientras que en Irán el Ministerio de Sanidad eleva la cifra de fallecidos a más de 400, aunque un grupo de derechos humanos con sede en Washington computa en más de 850 las víctimas mortales y casi 3.400 los heridos.