El mes sagrado musulmán de ramadán llegó este domingo a su fin con la festividad del Aíd al Fitr, pero sólo en algunos países como en Arabia Saudí, mientras que otras naciones islámicas esperarán a mañana tras no haber avistado la luna creciente, en unos treinta días donde la tristeza y la violencia han regresado a Oriente Medio.
Arabia Saudí anunció ayer que este domingo comenzaba el Aíd al Fitr, festividad que pone fin al Ramadán, junto a otros del golfo como Catar y Emiratos Árabes Unidos (EAU), así como el Yemen y Palestina. Sin embargo, en una acción poco usual, varios países, como Egipto, Jordania y Omán, entre otros, afirmaron que el primer día del Aíd será el lunes, 31.
Esto se debe a que no pudieron avistar la luna creciente, que marca el nuevo mes lunar por el que se rige el calendario islámico.
Deseos de paz en medio del conflicto
El rey saudí, Salmán bin Abdulaziz, apareció públicamente pese a su frágil estado de salud en su palacio de Yeda, donde realizó el rezo matutino, según la agencia oficial de noticias saudí, SPA, que publicó imágenes del monarca, de 89 años.
En su cuenta oficial de X, pidió en este Aíd que «se perpetúe la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de nuestro país, y que difunda la seguridad y la paz en toda nuestra nación islámica y en el mundo entero».
Mientras, en la Gran Mezquita de la Meca, el príncipe heredero saudí y primer ministro, Mohamed bin Salmán, realizó la oración junto al primer ministro libanés, Nawaf Salam, que viajó anoche a Arabia Saudí.
Por otro lado, en un escueto mensaje, el emir catarí, Tamim bin Hamad Al Thani, deseó un feliz Aíd al Fitr a todos y que Dios lo devuelva «con abundante bondad, salud y felicidad».
También, el presidente de Emiratos Árabes Unidos (EAU), Mohamed bin Zayed Al Nahyan, felicitó esta festividad al pueblo emiratí y a los musulmanes de todo el mundo.
«Juntos pedimos a Dios que conceda paz, bendiciones y prosperidad a todos», dijo en X.
Luces y sombras
Sin embargo, este Ramadán ha estado marcado por luces y sombras.
Por un lado, regresó la guerra a la Franja de Gaza, después de que colapsara el alto el fuego entre Israel y el grupo palestino Hamás, lo que provocó centenares de muertos en sus bombardeos, que aún siguen.
Durante estos últimos días, tanto Egipto como Catar -mediadores en la tregua- han estado intentando que se llegue a un acuerdo para pasar a la segunda fase de la tregua, sin éxito.
Israel también ha sacado su artillería contra Siria y contra el Líbano, cuya capital Beirut fue bombardeada por primera vez desde el pasado noviembre -cuando entró en vigor un alto el fuego con el grupo chií libanés Hizbulá-, después de que el Estado judío interceptara proyectiles procedentes del sur del país mediterráneo.
El Yemen también se ha llevado la peor parte, que desde el inicio de la segunda quincena de Ramadán sufre a diario bombardeos por parte de Estados Unidos.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó una operación a gran escala contra las zonas controladas por los rebeldes chiíes hutíes, que retomaron sus acciones contra buques en los mares Rojo y Arábigo para presionar al Gobierno del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que levante el asedio a Gaza.
La única nota disonante en medio del caos ha sido en Sudán, después de que el líder militar sudanés, Abdelfatah al Burhan, anunciara el pasado miércoles que Jartum era «libre» del grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), por primera vez desde el 15 de abril de 2023, fecha que marca el inicio de la guerra en Sudán.
Asimismo, pese a que durante este mes el nuevo líder sirio, Ahmed al Sharaa, ha sufrido su primer gran revés.
A principios de este marzo, afiliados a las fuerzas del derrocado presidente Bachar al Asad mataron a civiles y personal de seguridad en la costa siria, lo que provocó una respuesta desmesurada, incluso «ejecuciones sumarias» -como denuncia la ONU-, de civiles de la minoría alauita (rama del islam que profesa la familia Al Asad), un asunto que se está investigando por un comité independiente.
No obstante, Siria ha podido vivir su primer Ramadán sin Al Asad en el que incluso ha conseguido lograr formar un nuevo Gobierno para buscar la reconstrucción del país, que ha sufrido casi 14 años de una cruenta guerra.