El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró este jueves su decisión de presentarse a las elecciones presidenciales de 2026 y aseguró que derrotará a cualquier candidato de extrema derecha, incluidos los herederos políticos del exmandatario Jair Bolsonaro.
Con un discurso firme, Lula subrayó que la democracia brasileña no volverá a ser gobernada por proyectos que, según él, buscan destruir los avances sociales y económicos alcanzados en los últimos años.
Durante una rueda de prensa en Brasilia, el inquilino del Palacio del Planalto respondió a preguntas sobre la candidatura ya anunciada por el senador Flávio Bolsonaro, hijo del expresidente condenado a 27 años de cárcel por su participación en actos golpistas.
Vale destacar que Flávio tiene como objetivo, en caso de llegar al poder, indultar a su padre, lo que Lula calificó como parte de las propuestas regresivas de la ultraderecha. “No voy a juzgar a los hijos o a la esposa de Bolsonaro, el dato concreto es que vamos a ganar las elecciones”, afirmó.
A sus 80 años, Lula insistió en que su candidatura será evaluada por los brasileños en función de los resultados de su gestión iniciada en 2023. En ese sentido, destacó que Brasil registra actualmente la menor inflación de su historia, junto con cifras récord en empleo, salarios, reducción de la pobreza y combate al hambre. Además, resaltó el crecimiento de la producción agrícola y la modernización de la industria nacional, logros que, según él, serán decisivos en la próxima contienda electoral.
El mandatario brasileño también descartó cualquier posibilidad de interferencia de la ultraderecha internacional en los comicios de octubre de 2026. “Quien crea que pueda ganar que venga para la disputa, pero puedo asegurar que la extrema derecha no volverá a gobernar este país”, declaró, en clara alusión a los intentos de sectores conservadores de recuperar el poder tras su derrota en 2022.
Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010 y regresó al poder en 2023, enfatizó que su campaña se centrará en promover un debate coherente y democrático.
“Es importante que la humanidad entienda que la democracia es el mejor sistema de gobierno, porque permite la alternancia en el poder. Un día se elige a un empresario y otro día a un trabajador”, reflexionó, defendiendo la pluralidad política como garantía de estabilidad y justicia social.
Las encuestas respaldan su optimismo. Un sondeo de AtlasIntel para Bloomberg News, publicado este jueves, muestra que Lula obtendría casi el 48 % de los votos en una primera vuelta, más del doble que Flávio Bolsonaro, quien alcanzaría apenas el 21,3 %.
El estudio también ubica al gobernador de Sao Paulo, Tarcísio de Freitas, con un 15 %, confirmando que ninguno de los candidatos conservadores lograría acercarse al líder del Partido de los Trabajadores.
Estos resultados refuerzan la percepción de que Lula mantiene un amplio apoyo popular, sustentado en políticas sociales que han reducido desigualdades y en un discurso que defiende la soberanía nacional frente a las presiones de la ultraderecha. Para sectores progresistas, su eventual reelección consolidaría un proyecto de país basado en la justicia social, la integración regional y la defensa de la democracia.
En contraste, la candidatura de Flávio Bolsonaro representa la continuidad de un proyecto político marcado por el autoritarismo y la confrontación con las instituciones democráticas. La promesa de indultar a su padre, condenado por golpismo, es vista como un intento de legitimar prácticas antidemocráticas que ya fueron rechazadas por la mayoría del pueblo brasileño en las urnas.






