Organismos internacionales destacan la importancia de establecer una tipificación, o las circunstancias para caracterizar el delito como feminicidio o femicidio en América Latina y el Caribe
Este martes 11 de julio, el BID, Banco Interamericano de Desarrollo, publicó un informe en el que estandariza los datos en base a los códigos penales que permitan establecer, reconocer y diferenciar el Feminicidio y el Femicidio en América Latina.
De acuerdo a la modificación de los Códigos Penales establecidos en los distintos países como Ecuador, Honduras, Jamaica, Panamá y Paraguay, el BID busca establecer lo que son asesinatos de mujeres por razones de género sobre la base de la desigualdad, la opresión y la violencia sistemática, pero la diferencia de términos ha generado amplios debates en la región.
En Argentina, por ejemplo, se define como feminicidio al «que matare a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género”, mientras que en Costa Rica la definición es más específica.
Se trata de «quien dé muerte a una mujer con la que mantenga o haya mantenido una relación o vínculo de pareja, sea matrimonial, unión de hecho, noviazgo, convivencia, de no convivencia, casual u otra análoga, aun cuando medie divorcio, separación o ruptura, siempre que la conducta no constituya un delito más grave o previsto con una pena mayor”.
Puntos focales del Feminicidio y Femicidio
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), afirma que la falta de homologación en la tipificación, o las circunstancias para caracterizar el delito como feminicidio, limita el número de registros.
“La CEPAL cita la necesidad de incorporar variables con enfoque de género, por ejemplo: circunstancias del hecho, espacios de ocurrencia, relación entre la víctima y el victimario, arma, niveles socioeconómicos, dependientes de la víctima, nivel educativo de la víctima y el victimario, origen étnico, embarazo, discapacidad, uso de sustancias psicotrópicas y personas LGTBIQ+, entre otras” son vitales para la estandarización.
La estandarización es clave, ya que las discrepancias entre el hecho y su catalogación provoca que las cifras de feminicidio se diluyan entre las de homicidios generales y parezcan menos importantes de lo que son”, afirma el organismo.
Para el BID, un estándar de datos común en la región permitiría “que cada pieza de información sobre feminicidios en los sistemas de gestión de datos de cada país tuviera un mismo formato y significado”.
Esto facilitaría, asegura el organismo, el trabajo de recopilación y producción de los datos, además del intercambio de información entre países. “A su vez, ayudaría a saber con mayor exactitud la dimensión de los crímenes de mujeres por razones de género, un dato que en la actualidad es incierto”.
Debido a este panorama, la Iniciativa Latinoamericana por los Datos Abiertos (ILDA) ha elaborado una guía y un estándar de datos de feminicidio como marco de referencia para la recolección sistemática y unificada de las estadísticas sobre feminicidios en América Latina y el Caribe.
El estándar contiene 67 atributos para identificar, describir, definir y relacionar las circunstancias y entidades involucradas en los asesinatos violentos de mujeres por causa de género, e incluye variables de tipo, hecho, lugar, víctima, imputado y proceso judicial.
Países como Argentina, Uruguay, Honduras, Jamaica, Panamá, Ecuador y Paraguay ya fueron parte de planes piloto para determinar si es posible homologar las estadísticas de este crimen.
“La puesta en marcha depende de que en los países haya consenso para adoptarlo y de que los implementadores tengan flexibilidad para comprender las diferencias culturales, políticas, sociales y jurídicas que inciden en la forma en que se tipifica y penaliza el feminicidio en cada país”, dice el informe del BID.
Fuente efeminista