Este jueves, en Berlín, Alemania, se realizó una manifestación, en la Puerta de Brandemburgo, en apoyo al cofundador de Wikileaks, Julian Assange
El fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, detenido en Reino Unido, rechazó este jueves su entrega a Estados Unidos al defender ante un tribunal de Londres su apuesta por un periodismo «que ha protegido a muchas personas».
Assange, de 47 años, compareció por videoconferencia ante la Corte de Magistrados de Westminster durante unos 10 minutos, en el arranque de su batalla legal contra la extradición a Estados Unidos, que le reclama por haber conspirado para supuestamente interceptar ordenadores del Pentágono.
«No deseo entregarme para ser extraditado (a Estados Unidos) por haber hecho un periodismo que ha ganado muchos reconocimientos y ha protegido a muchas personas», afirmó desde la prisión de alta seguridad de Belmarsh.
El miércoles otro tribunal londinense, el de Southwark, le condenó a una pena de 50 semanas de cárcel por haber roto en 2012 las condiciones de su libertad condicional.
Assange infringió las condiciones de su libertad condicional cuando el 19 de junio de 2012 se refugió en la embajada de Ecuador de Londres para no ser entregado a Suecia, un país que lo requería para interrogarlo por presuntos delitos sexuales que él ha negado.
Paralelamente, este jueves, en Berlín, Alemania, el artista chino Ai Weiwei participó en una manifestación, delante de la Puerta de Brandemburgo, en apoyo al cofundador de Wikileaks, Julian Assange.
En la manifestación ondeaban una pancarta en la que se podía leer en idioma alemán «Todos somos Julian Assange!»
Después de agotar todos los recursos legales en Reino Unido, Assange solicitó ayuda al Gobierno ecuatoriano de Rafael Correa y permaneció refugiado en su legación en Londres durante casi siete años.
El australiano siempre ha sostenido que tenía miedo de que, si era llevado a Suecia, ese país terminara entregándolo a Estados Unidos, donde temía por su integridad física y por su vida.
El pasado 11 de abril, Assange fue detenido por la fuerza por la policía británica poco después de que el actual presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, pusiera fin al asilo diplomático.