El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtió este lunes que impondrá un arancel adicional del 50 % a todas las importaciones procedentes de China si Pekín no retira antes del martes su reciente medida de represalia, que consistió en un aumento del 34 % sobre productos estadounidenses.
El mandatario declaró a través de la red social Truth Social, donde calificó la respuesta china de “inaceptable” y advirtió de que cualquier país que tome represalias contra EEUU “será sancionado con tarifas sustancialmente más altas”.
“China impuso aranceles de represalia del 34 %, que se suman a sus aranceles récord, aranceles no monetarios, subsidios ilegales a empresas y una masiva manipulación cambiaria a largo plazo”, escribió el presidente estadounidense. Según Trump, la entrada en vigor de los nuevos gravámenes está prevista para el 9 de abril de 2025 si no se produce una reversión inmediata.
Además de amenazar con los aranceles, Trump anunció la suspensión de todas las negociaciones bilaterales con China y afirmó que, en adelante, negociará únicamente con aquellos países dispuestos a “jugar limpio” en materia comercial. En su mensaje insistió en que “los precios del petróleo han bajado, las tasas de interés han bajado, los precios de los alimentos han bajado, no hay inflación” y destacó que EEUU está recibiendo “miles de millones de dólares semanales de los países abusadores con aranceles ya vigentes”.
La escalada ha profundizado la volatilidad en los mercados financieros globales. Tras el anuncio, el S&P 500 entró brevemente en territorio de mercado bajista y las bolsas de Asia y Europa registraron caídas de entre el 7 % y el 13 %, mientras líderes empresariales como Richard Branson y Bill Ackman, así como Japón y la Unión Europea, instaron a Washington y Pekín a retomar el diálogo y evitar un conflicto prolongado que ponga en riesgo la recuperación económica mundial.
Esta medida se suma a la política de “aranceles recíprocos” que Trump presentó el 2 de abril, en la que anunció un gravamen base del 10 % a todas las importaciones y tasas adicionales según desequilibrios comerciales con más de 60 países, lo que ha llevado al tipo efectivo sobre bienes chinos a superar el 50 % desde el próximo 9 de abril.
La Casa Blanca defiende estas medidas como “necesarias” para corregir décadas de déficit comercial, mientras expertos advierten del riesgo de una desaceleración global si persiste la guerra arancelaria.