El presidente de Rusia, Vladímir Putin, llegó este viernes 15 de agosto a Anchorage, Alaska, para un encuentro bilateral con su homólogo estadounidense, Donald Trump. La cumbre, que se celebra en un lugar simbólico a poca distancia de la frontera entre ambos países, busca abordar temas clave en la relación entre Washington y Moscú, marcando un hito diplomático en un momento de crecientes tensiones globales, reseñaron agencias.
El encuentro, que se anunció la semana pasada, es la primera reunión cara a cara entre ambos líderes desde que Trump asumió la presidencia en enero. Se espera que la agenda incluya discusiones sobre la guerra en Ucrania, el control de armamentos nucleares, la seguridad en el Ártico y la cooperación económica.
La llegada de Putin a Alaska, una región que fue parte del Imperio ruso hasta su venta a EEUU en 1867, resalta la importancia geoestratégica del encuentro. Ambas naciones tienen intereses significativos en el Ártico, una región que se está volviendo cada vez más accesible debido al cambio climático y que posee vastos recursos naturales.
Las expectativas sobre los resultados de la cumbre son variadas. Algunos analistas esperan un avance en la diplomacia para aliviar las tensiones, mientras que otros se muestran escépticos ante la posibilidad de un cambio significativo en las políticas de cualquiera de los países. Se espera una conferencia de prensa conjunta al final del día para anunciar los resultados de las discusiones.
La relación entre Estados Unidos y Rusia ha sido compleja, caracterizada por periodos de cooperación y confrontación. A pesar de las sanciones impuestas por EEUU a Rusia por la guerra en Ucrania, ambos países han mantenido canales de comunicación abiertos. Esta cumbre en Alaska es vista como un intento de ambos líderes de encontrar un terreno común y evitar una escalada de conflictos.






