El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, afirmó que el gobierno de Nicolás Maduro coopera abiertamente con actores vinculados al terrorismo internacional, incluyendo a Irán y al grupo libanés Hezbolá, a los que, según dijo, se les ha permitido operar desde territorio venezolano.
Las declaraciones fueron difundidas en entrevistas recientes con medios internacionales, donde Rubio aseguró que Venezuela se ha convertido en un “ancla” o plataforma de operaciones para la Guardia Revolucionaria iraní (IRGC) y para Hezbolá en el continente americano. Rubio describió al país como un “foco de inestabilidad regional” y un punto estratégico para la expansión de Teherán en América Latina.
En una entrevista con Fox News, citada por varios medios, Rubio sostuvo que la presencia de estos actores en Venezuela representa un peligro directo para la seguridad nacional de Estados Unidos, al tiempo que acusó al gobierno venezolano de facilitar actividades ilícitas y vínculos con redes criminales transnacionales.
“Han construido una base en Venezuela”
Rubio afirmó que Irán, su Guardia Revolucionaria y Hezbolá “han establecido un punto de apoyo” en Venezuela, lo que, según él, no ha recibido suficiente atención internacional. “También resultan ser el punto de apoyo de Irán, y eso no se menciona lo suficiente”, declaró en comentarios recogidos por Al Arabiya English.
El funcionario estadounidense también ha señalado que el gobierno de Maduro actúa como “centro de tránsito de narcóticos” y como facilitador de redes criminales, lo que, en su opinión, agrava la amenaza para la región.
Rubio ha insistido en que la creciente presencia de Irán y Hezbolá en Venezuela incrementa la inestabilidad en América Latina, y ha llamado a los países de la región a prestar atención a lo que considera una expansión estratégica de Teherán en el hemisferio occidental.
Las declaraciones se producen en un contexto de tensiones diplomáticas entre Washington y Caracas, y en medio de acusaciones históricas de Estados Unidos sobre presuntos vínculos entre el gobierno venezolano y organizaciones consideradas terroristas por Washington.






