El internacionalista y profesor universitario, Eloy Torres, aseguró que las conversaciones que sostienen Vladimir Putin-Donald Trump; Volodímir Zelenski-Trump, podrían ser un punto de inflexión para alcanzar la paz en el conflicto entre Rusia y Ucrania, aunque advirtió que los procesos de negociación son siempre complejos y no deben medirse en plazos cortos.
Torres recordó que, históricamente, los grandes conflictos han requerido años de diálogo paralelo a los combates, como ocurrió en la guerra de Vietnam, donde Estados Unidos y Vietnam del Norte negociaron en París durante casi seis años. “Las negociaciones nunca son lineales. Si fracasan un día, se retoman al siguiente, hasta alcanzar objetivos aceptables para ambas partes”, señaló en un contacto telefónico con Contrapunto.com.
Factores históricos y geopolíticos
El analista subrayó que las raíces históricas y culturales entre Rusia y Ucrania, con vínculos de más de 1.200 años, pueden facilitar un acuerdo más rápido que en otros escenarios bélicos. “Rusia nace en Kiev, Ucrania significa ‘el confín de Rusia’ y existe una hermandad histórica que debería servir como base para recomponer relaciones”, expresó.
Sin embargo, explicó que la visión de Moscú está profundamente marcada por la seguridad estratégica, debido al avance de la OTAN hacia sus fronteras tras la disolución de la Unión Soviética. Según Torres, esa expansión es percibida como una amenaza por el Kremlin y está en el núcleo del actual conflicto.
El internacionalista también destacó la importancia de Crimea dentro de la disputa: “Crimea siempre fue parte de Rusia desde 1654, hasta que en 1954, Khrushchev la transfirió a Ucrania en el marco soviético. Para Moscú, perderla significa también perder su salida al Mediterráneo a través del Mar Negro”.
El papel de Trump y la Unión Europea
Sobre la participación de Donald Trump en las conversaciones, Torres indicó que no se trata de “imponer la paz de Putin”, sino de reconocer a Rusia como un actor con voz en el tablero internacional. Citó a Henry Kissinger al recordar que la estabilidad global exige aceptar la preponderancia de las potencias en sus áreas de influencia.
Asimismo, señaló que Trump busca reposicionar a Estados Unidos en un contexto mundial marcado por el ascenso de China y el fortalecimiento de Rusia: “Los Estados Unidos de 2025 no son los mismos de 1945, y Trump está apurado por devolverles protagonismo”.
En cuanto a la presencia de líderes europeos en la mesa, Torres la calificó como “un saludo a la bandera”, pues considera que la propia Unión Europea tuvo un rol en la génesis del conflicto al apoyar la expansión de la OTAN. “Europa debe entender que no se puede vivir en una conflictividad permanente ni imponer modelos de forma obligatoria”, advirtió.
Un acuerdo con sinceridad
Torres concluyó que el fin de la guerra pasa por un ejercicio de sinceridad y desprendimiento de todas las partes, reconociendo los intereses de seguridad de Rusia, la estabilidad de Ucrania y el equilibrio global. “En política internacional no se trata de buenos o malos, sino de asumir la realidad con madurez y negociar en consecuencia”, afirmó.






